Corea del Norte suspendió sus planes para aumentar la presión militar contra Corea del Sur, después de semanas de rápido deterioro en las relaciones bilaterales que incluyeron la explosión de una oficina de enlace conjunta utilizada para las conversaciones entre las dos partes.
El Político
La decisión se produce después de una reunión entre el líder norcoreano Kim Jong Un y la comisión militar central el martes, que “evaluó la situación prevaleciente”, según la agencia de noticias norcoreana KCNA.
Según la noticia de la agencia Yonhap basada en la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA), en la reunión preparatoria para la de la Comisión Central Militar realizada por videoconferencia y presidida por el líder norcoreano Kim Jong-un se indicó que se decidió paralizar los planes de maniobra militar contra Corea del Sur.
En la reunión “se analizaron los importantes puntos de la agenda política militar, incluidas las medidas tomadas para reforzar más la disuasión bélica del país”, se informó.
No se dio información sobre cuándo se realizará la reunión de la Comisión Central Militar y cuál fue el motivo de la decisión de suspensión.
La hermana de Jong-un, Kim Yo Jong, comunicó que dio ordenes al ejército el 13 de junio para “dar los necesarios pasos y hacer planes” contra Corea del Sur con lo cual amenazó la administración de Seúl con una maniobra militar.
La tensión entre los dos países subió al enviar folletos los activistas en Corea del Sur a Corea del Norte.
Los posibles planes militares incluían el despliegue de unidades del Norte en el área turística del Monte Kumgang y la Zona Industrial de Kaesong, que limita con el Sur, y el establecimiento de puestos de policía que habían sido retirados previamente de la zona desmilitarizada (DMZ) entre los dos países “para fortalecer la guardia sobre la línea del frente”, según informes anteriores en KCNA.
El Norte había señalado sus planes iniciales para aumentar la presión militar después de que un grupo de desertores en el Sur usara globos para enviar folletos antinorcoreanos al norte de la DMZ.
Corea del Norte afirmó que los folletos violaron el acuerdo que Kim y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, alcanzaron en 2018 en su primera cumbre, cuando ambos líderes acordaron cesar “todos los actos hostiles y eliminar sus medios, incluida la transmisión a través de altavoces y la distribución de folletos” a lo largo de su frontera compartida.
El lunes por la noche, un grupo de desertores en Corea del Sur envió otros 500.000 folletos sobre “la verdad de la Guerra de Corea” al Norte.
El grupo dijo que, usando los 20 globos, también envió 500 folletos sobre “la exitosa Corea del Sur”, 2.000 billetes de un dólar y 1.000 tarjetas SD.
En represalia por el primer lanzamiento de folletos, Corea del Norte cortó las líneas de comunicación con el Sur e hizo estallar la oficina de enlace conjunta, que se encuentra en la ciudad de Kaesong, justo al norte de la DMZ.
Aunque la oficina había estado cerrada por la pandemia de coronavirus y el personal de Corea del Sur no había estado en el edificio desde entonces, la destrucción fue simbólica ya que la oficina estaba destinada a facilitar el diálogo entre los dos países.
Además de amenazar con aumentar la presión militar, el Ejército Popular de Corea reinstaló altavoces en la frontera e indicó que lanzaría una campaña de propaganda propia enviando millones de panfletos al sur.
Mientras que el Norte ha enmarcado sus acciones en las últimas semanas como represalia, Pyongyang ha expresado durante meses descontento porque su diplomacia con Corea del Sur y Estados Unidos no ha aliviado las sanciones que paralizan la economía del Norte.
Las conversaciones entre los países se habían estancado meses después de tres cumbres intercoreanas en 2018. Y los expertos dicen que es posible que Corea del Norte esté utilizando el enfrentamiento actual para fabricar una crisis con el fin de aprovechar las negociaciones futuras, una jugada que ha empleado previamente en conversaciones diplomáticas.