El clásico del fútbol uruguayo que debían jugar el Peñarol y el Nacional quedó suspendido antes de su comienzo por no "estar dadas las garantías de seguridad" para que se dispute, declaró a la prensa local el director de la Policía Nacional, Mario Layera.
Los incidentes se originaron en la tribuna Amsterdam del estadio Centenario de Montevideo, lugar habitual de los hinchas del Peñarol, donde efectivos de seguridad y funcionarios de la recaudación fueron agredidos por fanáticos aurinegros.
Además, estos ultras del Peñarol saquearon un local de comidas del estadio y arrojaron latas de refrescos e incluso una garrafa de gas sustraída de ese lugar a los efectivos policiales que trataban de entrar desde la calle para normalizar la situación.
Tras una reunión entre los presidentes del Peñarol y del Nacional, Juan Pedro Damiani y José Luis Rodríguez, respectivamente, autoridades de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), de la Policía Nacional y de la Guardia Republicana, se decidió comunicar al árbitro que no estaban dadas las condiciones de seguridad para que se jugara el partido.
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El comandante de la Guardia Republicana, Alfredo Clavijo, planteó la posibilidad de comenzar el encuentro después de que se desalojara la Amsterdam, si bien finalmente se decidió no seguir adelante porque el desalojo de esa tribuna por medios policiales podría causar personas heridas.
El árbitro del partido, Leodan González, dijo que procedió a suspender el partido después de que se le hiciera llegar el informe técnico elaborado por las fuerzas policiales.
"Entró al vestuario Mario Layera, que nos manifestó que no estaban dadas las garantías por los problemas generados en la Ámsterdam. No somos especialistas en seguridad, por eso procedemos a suspender en base a una decisión técnica", dijo González, según recoge el medio local El Observador.
Con información de: EFE