Con el objetivo de monitorear nuestros bosques y medir la deforestación, la NASA emplea el GEDI que está a bordo de la Estación Espacial Internacional (EEI).
El Político
El sistema de ‘Investigación de Dinámica de Ecosistemas Globales’ (GEDI) dispara rayos láser a los árboles desde el laboratorio orbital.
Se trata de uno de los experimentos que se han lanzado al espacio en cohetes tienen el fin de mejorar nuestra calidad de vida.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) está construyendo herramientas digitales para combatir el cambio climático y la deforestación, informó 20Minutos.
Uno de ellos es el sitio web ‘Marco’ que utiliza imágenes de satélite para destacar el impacto negativo de los bosques mediante un seguimiento de los ecosistemas.
El proyecto GEDI (pronunciado como jedi en referencia a la famosa saga de ciencia ficción) utiliza la Estación Espacial Internacional (ISS) como base de operaciones.
Un pequeño aparato en su exterior mide diversos parámetros de la cobertura forestal de la Tierra, reportó Xataka.
La idea detrás del LIDAR, y por tanto de este instrumento, es semejante a la del radar, solo que este utiliza lásers, es decir, haces de luz, para realizar las mediciones.
El aparato a bordo cuenta por tanto con equipo para emitir estos haces de luz y un pequeño telescopio para recibirlos.
A bordo de la ISS, GEDI puede tomar fotografías de toda la superficie de la Tierra cada aproximadamente cuatro o cinco días. A través de estos aparatos es posible medir variables como altura del arbolado, estructura vertical o elevación.
Según explica Laura Duncanson, investigadora de la Universidad de Maryland y colaboradora del proyecto, “utilizamos la energía reflejada para cartografiar bosques en 3D, incluyendo su altura, densidad de su canopia y contenido de carbono.
Esta es una tecnología apasionante, porque durante décadas hemos sido capaces de ver la deforestación desde el espacio, pero ahora con GEDI, podemos asociar las emisiones de carbono y la pérdida de bosques [para mayor precisión].”
Una misión de dos años. El sistema fue llevado a la ISS en diciembre de 2018 y lleva operando desde entonces.
La vida útil de esta misión habría ido desde la primavera de 2019 hasta la de 2021, pero por ahora GEDI sigue en activo a bordo de la estación. La extensión podría durar hasta después de este verano, pero a partir de ahí su futuro es incierto.
Algunos expertos consideran que la misión debería extenderse aún más. GEDI ha proporcionado información muy valiosa a lo largo de estos años y podría seguir haciéndolo, pero según su calendario de operaciones su recorrido terminará antes de que lo haga el año 2022.
Si el plan inicial se mantiene, la NASA lanzará GEDI desde la ISS hacia la Tierra. Si esta circunstancia final se da será la fricción de la atmósfera la que destruya el aparato en su caída destruya.
Mejores políticas de conservación forestal
Herramientas también en la Tierra. El trabajo de GEDI serviría de poco si los expertos no contaran con herramientas para acceder a estos datos y convertirlos en mejores políticas de conservación forestal.
Una de estas herramientas es el Marco para la Monitorización de los Ecosistemas, puesto en marcha por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Luchar contra la deforestación a 400 kilómetros de los bosques. La deforestación es un fenómeno muy ligado al cambio climático.
Los árboles retienen dióxido de carbono y expulsan oxígeno al realizar la fotosíntesis. La pérdida de la masa forestal no solo implica que este proceso se realiza cada vez a menor escala, sino que parte del carbono retenido por éstos regresa a la atmósfera terrestre.
Una buena gestión forestal es importante, no solo desde el punto de vista global sino también local, como se demuestra cada verano cuando comienzan los incendios en los bosques, un problema grave en la Península Ibérica.
Aunque el control de incendios tiene sus instrumentos específicos (algunos de ellos también en órbita), herramientas como GEDI pueden ayudarnos a conocer mejor nuestro patrimonio natural y los servicios que éste nos provee. Es sin duda el primer paso si queremos protegerlo.