El asesinato de mas de cien indígenas en el Cauca colombiano no es un problema rural, es la síntesis de los delincuentes amparados en el narcotráfico. Sus tentáculos llegan a toda América, y a las rutas de la droga
El Político
"Si callamos nos matan y si hablamos también nos matan, pues hablemos", dijo en medio de su dolor la gobernadora de la comunidad indígenas del Cauca, durante el sepelio de dos soldados. Dos meses después fue acribillada con otras seis personas.
Un mes otra mujer emblemática, candidata a alcaldesa, Karina García, fue víctima de un horrible crimen, la acribillaron con su madre, una candidata a concejal en la región y varios acompañantes.
En el Cauca matan a los inocentes y a los culpables, a los narcotraficantes, los políticos y los militares, nadie se salva y la gente huye porque le tiene tanto miedo a los delincuentes como a los policías que terminan usando los mismo metodos que los delincuentes a quienes cobaten.
Por eso el anuncio de que serían enviados 2.500 efectivos militares a la zona causa mas miedo que esperanza: revisiones a toda hora, allanamientos de viviendas, impunidad, en el Cauca todo son malas noticias.
Maduro apoya al ELN advierte Estados Unidos
En su informe anual sobre terrorismo, el Departamento de Estado alertó sobre la creciente presencia de la guerrilla en Venezuela.El documento afirma que el ELN se ubica en los departamentos de Amazonas, Apure, Bolívar, Guárico, Táchira y Zulia, en los límites entre Colombia y Venezuela.
Además, indica que sus actividades en dicho territorio son promovidas por el régimen de Nicolás Maduro para afectar la seguridad de Colombia y que el gobierno chavista también estaría apoyando la unión criminal del ELN con las disidencias de las FARC.
Este pronunciamiento ratifica lo que habían alertado funcionarios del gobierno, tanto de Donald Trump como de Iván Duque, acerca de la promoción del régimen venezolano a organizaciones terroristas y el peligro que representa esto para la región.
Los responsables de masacres en el Cauca
Las dos masacres que se cometieron esta semana en el norte de Cauca, que causaron conmoción especialmente a los indígenas de la zona y que tienen bajo fuertes cuestionamientos al Gobierno —en especial al ministro de Defensa, Guillermo Botero— fueron perpetradas, según el Ejército, por hombres de la columna móvil Dagoberto Ramos, del autodenominado Comando Conjunto Occidental Nuevo Sexto Frente de las disidencias de las Farc, la cual está al mando de alias Mayimbú.
Quiénes conforman este grupo ilegal
Este grupo ilegal está conformado por exintegrantes del antiguo sexto frente de las Farc y de las columnas Gabriel Galvis y Jacobo Arenas (que operaban en Cauca y Valle del Cauca), que no se acogieron al Acuerdo de Paz con el Gobierno o se salieron en plena negociación.
Quien dirige el Frente
El líder de esta disidencia, que comanda la columna móvil Jaime Martínez, tiene bajo su mando a unos 120 hombres armados, quienes a su vez están presentes principalmente en los municipios de Buenos Aires, Suárez, Caloto, Toribío y Corinto. En este último, el martes pasado fueron asesinados cinco indígenas y el jueves, cuatro topógrafos.
Control de cultivos ilícitos
A la organización criminal, que controla los cultivos de coca y marihuana en esta zona del departamento, le atribuyen el más grave crimen que se perpetró en la pasada campaña electoral: la masacre en la que murieron la candidata a la Alcaldía de Suárez, Karina García, y otras cinco personas, entre ellas, su madre y una candidata al Concejo de ese mismo municipio.
El Indio siembra el terror
De acuerdo con la Fuerza Pública, la columna Dagoberto Ramos está liderada por Fernando Israel Méndez, alias el Indio. La Fiscalía anunció esta semana que identificó a otros de los hombres cercanos al Indio y que aparece en los videos que grabó la comunidad cuando los guerrilleros salían del corregimiento de Tacueyó (Corinto) luego de haber cometido el homicidio múltiple: Gerardo Ignacio Herrera Pavi, alias Barbas, quien ya había sido capturado en 2013 por el secuestro de dos policías y un ciudadano; sin embargo, inexplicablemente, recobró la libertad.
No aceptaron el acuerdo de Paz
Empezó a consolidarse a comienzos de 2017, cuando 12.000 miembros de las Farc se aprestaban a entregar las armas a la ONU en medio de la implementación del Acuerdo de Paz.Con las disidencias de las Farc también llegaron el Eln y Los Pelusos, con los que empezaron una disputa por las rutas de narcotráfico.
Un momento clave en el proceso
Según un organismo del Estado que trabaja en terreno, un momento clave para la comprensión del nuevo escenario de guerra se dio el 7 de diciembre de 2017, cuando se enfrentaron el sexto frente y el Epl en el corregimiento de Los Robles, en Jamundí, que colinda con el norte caucano. El choque dejó casi mil personas desplazadas y seis integrantes de los grupos armados muertos.
Se repartieron el territorio
La disidencia logró quedarse con el poder en los municipios del norte del Cauca. La Dagoberto Ramos se apoderó de la cordillera Central y la Jaime Martínez se ubicó sobre el río Naya.
Enfrentamientos entre narcodelincuentes
Las dos masacres que se perpetraron en Jamundí este año (en enero y octubre) serían parte de este enfrentamiento con Los Pelusos por el control del narcotráfico. Lo que se ha sabido es que el entonces jefe de los Pelusos, conocido como Pácora —quien murió a finales de septiembre pasado en un enfrentamiento con la Fuerza Pública—, envió hombres armados a que se asentaran en Jamundí (Valle) y Puerto Tejada (Cauca). Producto de esa incursión, cuatro personas de una misma familia fueron masacradas en la vía pública del corregimiento de San Antonio, en Jamundí, el pasado 11 de enero. Hace dos semanas, otras cuatro personas fueron acribilladas por la Jaime Martínez.
Crece la violencia
Los tentáculos del sexto frente de las disidencias de las Farc, dicen fuentes del Ejército, se han extendido por el sur del Huila y llegaron a la zona rural de Neiva. En las inmediaciones de la capital de ese departamento, la Dagoberto Ramos se disputa el control territorial con grupos de delincuencia común que extorsionan a comerciantes y campesinos. En el oriente de Neiva están presentes las disidencias del frente 17 y de la columna móvil Teófilo Forero, con las que la Dagoberto Ramos opera de manera conjunta —según el Ejército— para el tránsito de hombres, armas y pasta de coca. La columna también llegó al sur de Tolima. En Planadas, uno de los santuarios de las desaparecidas Farc, en mayo pasado fueron capturados seis de sus integrantes.
Con información de El Espectador, Caracol, El Tiempo, Globovisión