Diana Sofía Giraldo, de la Fundación Víctimas Visibles aseguró que a las víctimas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo fueron manipuladas e invisiblizadas durante el primer intento de acuerdo.
En efecto, consideró que la coyuntura de que el "No" ganara fue buena para las víctimas de las Farc, para su reconocimiento, dice Diana Sofía Giraldo.
¿Se declara usted satisfecha con los cambios que al parecer quedaron incluidos en este segundo acuerdo con las Farc?
Aunque estamos apenas estudiando el Acuerdo, de lo ya expresado por el presidente Santos y De la Calle se deduce que acogieron algunas de nuestras propuestas.
¿Como cuáles?
Reparar a las víctimas con bienes de las Farc y no incluir jueces extranjeros en la Jurisdicción Especial para la Paz. Preocupa el silencio público sobre los más de 400 secuestrados desaparecidos, pero confiamos en el compromiso que el Presidente les hizo a las víctimas, de exigirles a las Farc la verdad sobre el paradero de sus familiares.
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Gracias a la incansable tarea suya, a la de Herbin Hoyos y a la de Sofía Gaviria, parece que por fin las víctimas de las Farc tendrán un tratamiento visible. ¿Cómo empieza usted a armar su fundación?
Empezamos en el 2001 y hemos conocido víctimas de las Farc, del Eln, de las Auc, de Estado, y la gran lección es: el dolor es el mismo, el daño a la dignidad del ser humano es exactamente el mismo, y los procesos de recuperación son los mismos. Todas las víctimas requieren catarsis pública de su dolor; en la medida en que la sociedad las escucha, las reconozca por un nombre, por una historia, por un antes y un después, y se identifique con ellas, esa es una sociedad capaz de reconstruir su propia historia. Yo creí que salía a contribuir devolviéndoles algo de su dignidad, y en el camino me encontré con que había recuperado la mía. Que servirles a ellas era lo mejor que me había pasado en la vida desde el punto de vista profesional.
¿Quién es una víctima?
Qué pregunta tan difícil. Una víctima es dolor, espera, vacío, duelo, ausencia. Una víctima es la mamá que después de 10 años de que su hijo está secuestrado, sigue todas las noches preguntando: “¿Dónde estás, hijo? Te estoy esperando”. La memoria de una madre que espera y espera, aunque sea encontrar unos restos para terminar un duelo, pues es una memoria que va a estar viva siempre. Esa es una víctima.
¿En la medida en que no encuentre, siempre será víctima?
Me encontré esta semana en un acto a un soldado al que le faltan las dos piernas, un ojo, un oído, y sin embargo ha escrito libros, está luchando. La idea es que una víctima no se quede en su estado de víctima, sino que se convierta en superviviente; ese es el proceso de resiliencia, que sea capaz de reinventarse. Y eso es lo que nos falta, empoderarlas para que ellas mismas estén en capacidad de salir de ese estado de victimización.
Pues las víctimas de las Farc fueron sumamente invisibles en La Habana. Allá llevaron a unas víctimas de otros orígenes, víctimas ellas también, claro, pero escogidas para que las Farc no se sintieran como únicas culpables de tanta barbarie. Mezclaron víctimas de todo origen con el objeto de que el foco no estuviera puesto sobre las víctimas de las Farc. ¿Esta segunda oportunidad que brindó el ‘No’ ha servido para compensar esa equivocación?
Tiene toda la razón. A las víctimas de las Farc, con las tácticas de unos estrategas extraordinarios, las escogieron, las mimetizaron, las desaparecieron, en un universo mucho más amplio de víctimas de Estado, de paramilitarismo, de otros grupos guerrilleros. Está muy bien que a todas se les reconozcan sus derechos y, desde luego, que se resarzan sus daños. Pero por causa de esa operación escondieron a las víctimas de las Farc, para desaparecerlas, para convertir a las Farc en la gran protectora de los derechos de las víctimas de otros actores armados, quienes les deben a las Farc la paternidad de su protección. Iván Cepeda se convirtió en el representante de las víctimas, y por eso en EE. UU. y en Europa era fácil vender la propaganda de que en este proceso las víctimas de las Farc estaban en el centro.
Con información de El Tiempo</p>