Mike Pence ha decidido no apelar una orden judicial que le obliga a declarar ante el gran jurado que investiga el esfuerzo de Donald Trump para subvertir las elecciones presidenciales de 2020.
El Político
Devin O’Malley, portavoz de Pence, declaró que "el exvicepresidente no apelará la decisión del juez y cumplirá con la citación judicial como exige la ley".
La decisión sigue a un fallo sin precedentes -pero secreto- del juez jefe del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, James Boasberg, para requerir el testimonio de Pence, pero reconociendo algunos límites a los temas sobre los que los fiscales pueden interrogarle, reportó Politico.
Declaración de Pence
Trump y Pence habían impugnado la citación, pero por motivos totalmente distintos. Trump alegó que sus conversaciones con Pence en las semanas previas al ataque del 6 de enero en el Capitolio deberían ser protegidas por los investigadores debido al privilegio ejecutivo, que tiene por objeto preservar la confidencialidad de algunas comunicaciones presidenciales.
En los últimos meses, Trump ha perdido una serie de juicios sellados sobre el privilegio ejecutivo, al no poder convencer a los jueces federales de distrito y de apelación de que apoyen sus afirmaciones sobre el privilegio.
Pence, sin embargo, había argumentado que la citación para su testimonio era problemática por una razón diferente: su papel como presidente del Senado. La Constitución, argumentó, convierte al vicepresidente en una criatura híbrida de los poderes ejecutivo y legislativo.
Testimonio clave
El papel de Pence el 6 de enero -presidir el recuento de los votos electorales en el Congreso- entraba de lleno en sus funciones parlamentarias, lo que le daba derecho a la protección de la cláusula de "discurso o debate" de la Constitución, que protege a los legisladores de las investigaciones penales relacionadas con sus responsabilidades oficiales.
Como resultado, el abogado de Pence sostuvo que el exvicepresidente debe ser protegido de la citación del abogado especial para cualquier testimonio relacionado con su papel del 6 de enero. Aunque los contornos precisos de la decisión de Boasberg siguen siendo desconocidos, una persona familiarizada con la decisión indicó que estaba de acuerdo con aspectos del argumento de Pence.
Boasberg determinó -por primera vez en la historia de Estados Unidos- que los vicepresidentes gozan de cierta inmunidad del Congreso por su papel como presidente del Senado.
Los aliados de Pence dicen que la decisión de Baosberg fue más limitada de lo que preferían -abriendo a Pence a preguntas sobre sus deberes legislativos que esperaban que estuvieran protegidos-, pero en gran medida lo han tratado como una victoria sobre el principio que Pence se propuso defender.
Pence dispuesto a testificar
Pence ha señalado desde hace tiempo que estaba dispuesto a testificar ante el gran jurado sobre temas que no estaban protegidos por el privilegio.
Es probable que Smith presione a Pence sobre el intento de Trump durante semanas de convencerle de que desbaratara por sí solo el traspaso de poderes negándose a contar los votos electorales de Joe Biden el 6 de enero.
La negativa de Pence a hacerlo provocó la furia de Trump y causó una turba que se había reunido fuera del Capitolio ese día para cazar al vicepresidente.