Este domingo simpatizantes del expresidente brasileño Jair Bolsonaro invadieron la sede del Ejecutivo de su país, la Corte Suprema y Planalto evoca al asalto al Capitolio de EEUU.
El Político
Las heridas de ese ataque siguen abiertas y prueba de ello ha sido el hecho de que el republicano Kevin McCarthy tardara esta semana hasta quince votaciones en ser elegido por su partido como presidente de la Cámara Baja estadounidense por culpa de un grupo conservadores trumpistas.
Unos republicanos radicales que creen a pies juntillas en el pretexto que centenares de seguidores del ahora expresidente Donald Trump (2017-2021) utilizaron para irrumpir en la sede del Congreso de EEUU: que hubo un fraude electoral en los comicios presidenciales de noviembre de 2020, en los que el demócrata Joe Biden derrotó a Trump.
Asalto a Planalto por bolsonaristas
Diversas autoridades cuestionaron al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, exaliado de Bolsonaro, por su ineficacia en las medidas de seguridad para impedir una acción que ya era esperada, y solicitaron la intervención federal en la seguridad pública de la capital, reportó El País.
Tratando de evitar que el escándalo le salpicara, Rocha anunció la destitución de su secretario de Seguridad, Anderson Torres.
La imponente plaza de los Tres Poderes, con la célebre arquitectura de Oscar Niemeyer, se llenó de bolsonaristas con banderas de Brasil y camisetas de la ‘canarinha’. Los vándalos entraron en los edificios rompiendo los cristales y, una vez en el interior, se dedicaron a saquear el mobiliario.
Exigían una «intervención militar» que devuelva al poder a Jair Bolsonaro, que se encuentra en Estados Unidos y que, al cierre de esta edición, no había realizado ninguna declaración sobre los graves incidentes.
Lula da Silva anunció castigos
El presidente de Brasil, Lula da Silva se hallaba en Araraquara, en el interior de São Paulo, evaluando los daños causados por fuertes lluvias en la región. Una vez fue informado del asalto, el presidente anunció que los «vándalos fascistas serán encontrados y castigados».
El mandatario calificó de «barbarie» los graves altercados vividos en Brasilia y decretó la intervención federal en el área de seguridad de la capital.
Agregó que los radicales han sido «estimulados» por Bolsonaro y que «pagarán con la fuerza de la ley» por los disturbios provocados. «Vamos a descubrir a los financiadores» de esas protestas violentas y de cuño golpista, que «destruyeron todo lo que encontraron a su paso», indicó Lula, quien denunció fallos de seguridad por parte del gobierno del Distrito Federal de Brasilia.
«La democracia garantiza el derecho de la libertad de expresión, pero exige que las personas respeten las instituciones», añadió Lula, que juró como jefe de Estado de Brasil el pasado 1 de enero.
Inacción policial
Después de la invasión del Congreso, los radicales enfilaron hacia la sede de la Corte Suprema, donde también rompieron los cristales para entrar al edificio. En el Palacio de Planalto llegaron al cuarto piso y degradaron la sede del Poder Ejecutivo, reportó EFE.
Los agentes de la Policía Militar usaron gas lacrimógeno para tratar de contener a los extremistas, pero el efectivo no fue suficiente para detener a la horda, que invadió la zona de contención que rodea el Congreso Nacional.
La prensa registró escenas de un grupo de unos diez policías militares hablando con bolsonaristas y grabando imágenes de la invasión del Congreso en sus teléfonos móviles. Otras muestran la inacción de los agentes, que esperaban al lado de sus coches, mientras los radicales subían la rampa hacia el edificio.
La acción era totalmente previsible. De hecho, el ministro de Justicia, Flavio Dino, estuvo conversando con Ibaneis Rocha a lo largo de la semana. Este le informó que estaba preparado para recibir a los más de 4.000 bolsonaristas que llegaron a la capital este fin de semana desde diferentes puntos del país.
Reacción internacional
Se suman los repudios internacionales al ataque bolsonarista. Los presidentes de América Latina, la OEA, Estados Unidos, España y Francia han enviado su apoyo a Lula y han llamado a defender la democracia en la mayor economía de la región, según ABC.
Los golpistas están solos, sin apoyo externo y mucho menos internos: las Fuerzas Armadas se mantuvieron en silencio y reconocidos políticos bolsonaristas se manifestaron en contra de lo que llamaron un ataque “terrorista”.
Bolsonaro se mantiene en silencio desde Estados Unidos, adonde viajó el 30 de diciembre para no participar de la entrega del mando a su sucesor.