El arzobispo de Santiago de Chile, Ricardo Ezatti, afirmó hoy que el perdón ofrecido este viernes en un penal por parte de agentes de la dictadura chilena es un acto de nobleza, especialmente de aquellos que sufren enfermedades terminales.
"Hay que atender con atención sobretodo a aquellos que no tienen ninguna posibilidad de nada (enfermos de alzheimer), que puedan morir en la paz de sus familias", añadió Ezatti tras celebrar una misa de Navidad en el Centro Penitenciario Femenino del municipio santiaguino de San Joaquín.
Al menos diez exagentes de Augusto Pinochet condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura (1973-1990) ofrecieron perdón en una ceremonia ecuménica celebrada en la cárcel en la que cumplen sus sentencias.
Todos ellos cumplen condena en la cárcel especial de Punta Peuco, una prisión que acoge exclusivamente a 120 violadores de derechos humanos condenados por crímenes cometidos durante el régimen militar.
En declaraciones a los periodistas, el prelado añadió que "reconocernos humildes pecadores siempre nos da la posibilidad también para evaluar nuestro obrar y para pensar en una vida mejor".
"En ese sentido yo no tengo porque juzgar si ese perdón brota del corazón o si es simplemente algo que brota de una postura exterior", aseveró el también presidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Si bien los que han ofrecido perdón han descartado que detrás de su interés exista una motivación para poder optar a beneficios carcelarios, los familiares de las víctimas creen que todo se trata de "un show mediático" para lograr ser indultados.
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El sacerdote jesuita Fernando Montes, quien participó en la ceremonia, descartó que este fuera objetivo de quienes ofrecieron hoy disculpas, puesto que ninguno de ellos pidió "amnistía".
En tanto, el padre Mariano Puga, un gran defensor de los derechos humanos durante la dictadura y que fue detenido y torturado en siete oportunidades, dijo hoy que le duele que los familiares de las víctimas le hayan tildado de traidor.
"A mi me duele, pero lo comprendo, que a los que estuvimos ahí nos hayan tratados de traidores, de que nos olvidamos de los familiares y que transamos frente a los asesinos que han asesinado a nuestros familiares. Lo comprendo, porque estamos tan heridos que ni siquiera podemos pensar en un perdón sincero", agregó Puga.
Consultado sobre la sinceridad de los reos que ofrecieron perdón, el sacerdote sostuvo que "no tengo ningún derecho a juzgar la sinceridad con que lo hicieron los que lo hicieron".
"Me quedo con la esperanza que este gesto de estos 10 hermanos de ayer, toquen el corazón de esos hermanos que han cometido delitos atroces", enfatizó Puga en declaraciones a Radio Cooperativa.
Entre los presos estuvieron el general Raúl Iturriaga Neumann, exsubdirector de la DINA, la policía secreta de Pinochet, condenado a cadena perpetua y otras penas en varias causas por violaciones a los derechos humanos.
De igual forma participaron Claudio Salazar, Basclay Zapata, Enrique Ruiz, Pedro Hormazábal, Marcelo Castro y Miguel Estay.
Punta Peuco fue construido en 1995 en el municipio de Tiltil, a 35 kilómetros al norte de Santiago, y cuenta con instalaciones especiales como canchas de tenis, terrazas para hacer asados y amplios comedores, motivo por el cual ha sido duramente criticado por las organizaciones de familiares de víctimas de la dictadura.
El debate sobre si corresponde que quienes hayan cometido crímenes de lesa humanidad puedan acceder a medidas de gracia se abrió después de que el expresidente Sebastián Piñera y el presidente de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, propusieran que los reclusos mayores de 75 años o que tenga una enfermedad terminal cumplan su condena en arresto domiciliario.
Con información de EFE