El arresto de la argentina Daniela Vargas, una dreamer de 22 años detenida por agentes del Servicio de Inmigrantes y Aduanas (ICE, según sus siglas en inglés) tras una conferencia de prensa en la que defendió su caso, arraigó el miedo y la incertidumbre.
Durante años, los cerca de 750.000 jóvenes indocumentados conocidos como dreamers -palabra que surge de una ley para darles la ciudadanía, llamada Dream Act, que nunca logró pasar el Congreso- fueron casi intocables. Desafiantes, vestían remeras o sostenían banderas con la leyenda "Sin papeles, sin miedo, sin disculpas" en marchas, y eran estandartes del movimiento a favor de los derechos de los inmigrantes.
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En 2012 tuvieron su gran victoria: Barack Obama los blindó con un decreto que implementó el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, según sus siglas en inglés), el primer alivio masivo otorgado a extranjeros desde la "amnistía" de Ronald Reagan, en 1986. Millones de jóvenes "salieron de las sombras".
Vargas había iniciado la renovación del permiso que obtuvo con DACA, pero no llegó a completarlo antes de ser arrestada. Ayer esperaba una decisión de ICE a un pedido de su abogada, Abigail Peterson, para frenar su deportación y permitir que pueda comparecer ante un juez.
Ayer hubo una manifestación en Jackson, Mississippi, para reclamar su liberación, y el grupo United We Dream, una organización de jóvenes indocumentados, planeaba organizar otras protestas en otros lugares del país. La cara de Vargas recorrió las cadenas de televisión, los diarios y sitios web norteamericanos.
"El caso de Daniela es el primero que tenemos con este nuevo panorama migratorio", dijo el cónsul de la Argentina en Houston, Gabriel Volpi, que ayer habló por teléfono con ella. El funcionario había tenido casos de argentinos con antecedentes penales o detenidos en la frontera, pero nunca un dreamer.
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"Esto, lamentablemente, es como una lotería", describió. "Si caés con una policía que es demócrata, puede ser que te traten bien. Pero si caés en un condado alineado con la nueva política, automáticamente te pasan a la deportación", ahondó.
Trump cumplió con una promesa de campaña al ampliar por decreto el margen de ICE para arrestar y deportar indocumentados, una decisión que desató pánico e indignación en comunidades de inmigrantes, pero que fue celebrada por sus votantes.
Con información de La Nación de Argentina