El Gobierno argentino de Mauricio Macri podría comenzar a controlar del horario de un trabajador a su lugar de trabajo, ya que los mismos buscan reforzar el control de la presencia del empleado público sin falta injustificada. Algunos de estos mecanismos podrían ser fichar, marcar un tarjeta o colocar el pulgar.
Redacción El Político
El punto de partida es muy dispar: no todas las oficinas del Estado llevan un seguimiento de las asistencias ni lo hacen del mismo modo. El objetivo de Cambiemos es instrumentar un sistema biométrico unificado para llevar el registro de las horas laborales de todos los agentes estatales.
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El control del presentismo es uno de los ejes que se trazó el Ministerio de Modernización, en el marco de su plan para "jerarquizar el empleo público". Los otros dos pilares serán las evaluaciones de desempeño y el fomento de la carrera pública. Según pudo saber La Nación, los gremios estatales, a priori, no opondrán resistencia a una mayor vigilancia de la asistencia y el cumplimiento horario. Siempre y cuando, advierten, no se afecten los derechos adquiridos.
Si bien las sanciones por faltas injustificadas o las llegadas tarde siempre estuvieron reglamentadas en el Estado, en el Gobierno admiten que "por algún motivo algunos organismos no las aplicaban con regularidad en el pasado".
El plan es instalar, en etapas, el sistema biométrico en el total de las oficinas estatales para que el control sea el mismo en todos los casos y pueda estar centralizado.
Según fuentes oficiales, de los 220.000 empleados públicos que tiene la administración nacional (sin contar las fuerzas de seguridad), unos 70.000 pasan por algún tipo de sistema electrónico. De esos, la mayoría es identificada a través de tarjetas. Sólo en siete ministerios existe un control biométrico, que detecta la identidad de la persona por su huella digital: Agroindustria, Educación, Justicia, Seguridad, Jefatura de Gabinete y Presidencia, además de Modernización.
Siempre de acuerdo con ese relevamiento, otras carteras, como Comunicaciones, Cultura, Salud, Turismo y muchos organismos descentralizados, no tienen un seguimiento digital y lo hacen mediante planillas de papel.
La meta de este año será que el 50% de los ministerios pasen al sistema biométrico, el mecanismo más preciso. Y el objetivo final será que todos utilicen la misma tecnología y que haya un "sistema centralizado de presentismo", que funcione como un panóptico que audite ausencias injustificadas u horarios incumplidos.
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"Lo primero que vamos a hacer es homogeneizar a la Administración Pública Nacional, tanto a la gestión central como a los organismos desconcentrados, para estandarizar sus sistemas de ingreso", manifestaron fuentes oficiales. "El objetivo es detectar y analizar los niveles de cumplimiento de la jornada para que el Estado pueda brindar respuestas administrando de manera efectiva los recursos", agregaron.