Que Argentina es un país imprevisible es algo sabido por todos, tanto por los que vivimos en estas hermosas tierras como por quienes la conocen y observan con fascinación, como algo que por momentos atrae y en otros aterra.
Por Gustavo Ammaturo
Hace apenas unos meses ciudadanos de países vecinos se acercaban a disfrutar de nuestros productos y servicios y hoy pocas voces de turistas extranjeros se escuchan, espantados por los precios locales.
Desde hace algunos años, por circunstancias logísticas de la vida, revisto el doble rol de propietario e inquilino, viviendo lejos de donde desarrollé mi vida en el pasado, donde tenía mi casa, opté por alquilar por un tiempo en este nuevo destino.
La idea de comprar una casa y dejar de pagar alquileres ronda por mi cabeza, al menos durante los últimos 4 años.
Frente a un próximo vencimiento del contrato locativo vuelvo una vez más a hacer la cuentas para evaluar si es más conveniente seguir alquilando o comprar de una buena vez.
Para facilitar el análisis voy a presentar un caso hipotético en el que la propiedad está tasada en usd 100.000 y su valor de alquiler es de usd 500 por mes.
Lo que a simple viste representaría una renta bruta de usd 6.000 por año, equivalente al 6% anual pondría en una situación de indiferencia comprar o alquilar, pues con la renta en algún instrumento que se acerque a ese rendimiento (tipo bono del tesoro de los Estados Unidos, 4.5% aproximadamente) podría conservarse liquidez y esperar alguna mejor oportunidad si el mercado inmobiliario tiende a la baja.
Sin embargo, en nuestro bendito país desde hace al menos 4 meses las colocaciones en pesos, sean títulos públicos o plazos fijos rinden entre el 7% y el 10% mensual y si a esto le agregamos que el tipo de cambio permanece estable, incluso por momentos se ha revalorizado, la renta anualizada puede superar el 100% en dólares de persistir este modelo.
En consecuencia, con sólo usd 6.000 puedo conseguir los usd 500 por mes para pagar la renta.
La distorsión de precios relativos una vez más se expresa en este mercado enloquecido.
¿Quién invertiría 16 veces más de sus ahorros para pasar de inquilino a propietario?
Obviamente que esta situación debería ser coyuntural y de corto plazo, sin embargo, en el pasado reciente, durante el gobierno del presidente Macri, Argentina ofreció tasas superiores al 20% anual con tipo de cambio casi fijo durante más de 15 meses.
El mercado definirá hasta cuándo acompañará la política monetaria y cambiaria del actual gobierno, que en términos de los inexistentes dólares oficiales del pasado efectuó una impresionante licuación, pero que en relación con los tipos de cambios libres (CCL, blue o Mep) siguen amasando una inmensa bola de nieve, ahora con un dólar cuasi fijo.
Sostener el carry trade es muy costoso para el pueblo argentino. Es un precio que cobra el sector financiero y que paga el resto de los mortales.
Es por eso que hoy, en términos de relación precio / renta, a pesar de que los rendimientos de las colocaciones en pesos están muy por debajo de la inflación, aprovechar el subsidio que este gobierno le da a quienes invierten en pesos puede postergar cualquier decisión de inversión o compra.
La pregunta que sigue ahora es ¿hasta cuándo los inversores seguirán apostando al hiper rentable peso?.
Es una respuesta muy difícil de responder para la mayoría de nosotros y muy fácil para quienes manejan el destino del país, que en definitiva son quienes definen qué tasa pagar y cuál es el tipo de cambio de referencia.
Un espacio de poder que inevitablemente sigue transfiriendo recursos entre sectores discrecionalmente.
SOBRE EL AUTOR
Horacio Gustavo Ammaturo.Licenciado en Ciencias Económicas. CEO y Director de empresas de infraestructura, energía y telecomunicaciones. Fundador y mentor de empresas de Fintech, DeFi y desarrollo de software. Blockchain Product Designer.