El ministro de Ambiente de Argentina, Sergio Bergman, llamó a alcanzar una "sinergia" con Uruguay tras recibir un informe difundido la pasada semana que revela que entre 2011 y 2015 hubo elementos contaminantes en los ríos fronterizos entre ambos países, informaron hoy fuentes oficiales.
El informe técnico detectó elementos contaminantes en tres puntos donde se tomaron muestras: en la planta de pasta celulosa Orión (antes conocida como Botnia) de la localidad uruguaya de Fray Bentos y en los ríos Uruguay y Gualeguaychú, que actúan de frontera natural entre las dos naciones suramericanas.
El documento, de 400 páginas y elaborado por un comité científico, fue entregado a la canciller argentina, Susana Malcorra, y al vicecanciller uruguayo, José Luis Cancela, por la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), que tutela el uso común de dicho curso fluvial.
Según reveló este miércoles el Ministerio de Ambiente en un comunicado, Bergman recibió el informe de mano del presidente del CARU, Mauro Vazón, y ahora estudia "modificaciones de orden más estructural que no tienen que ver con lo que pasó sino con lo que va a venir".
El ministro consideró que ahora se podrá avanzar en "los temas pendientes" en el marco de una visión "que no tiene que ver con el conflicto, sino con la sinergia y la complementación" entre ambos países.
Los controles comenzaron a realizarse a partir de un fallo de la Corte Internacional de La Haya, tribunal al que acudió Argentina en 2006 en contra de la instalación de una planta de la finlandesa UPM frente a su costa.
En 2010, el tribunal internacional dictaminó que la fábrica no contaminaba pero consideró que Uruguay no había informado debidamente al país austral sobre su construcción y ordenó realizar controles periódicos en el entorno.
En ese sentido, Bergman destacó que las próximas medidas estarán dirigidas a cumplir con lo que queda pendiente del fallo de La Haya, como son los ocho puntos de monitoreo y la extensión en 500 kilómetros del estudio del curso de agua.
Ese trabajo se realizará "sin dejar de atender lo que fue un punto de conflicto -que fue lo de la papelera- pero entendiendo que nosotros estamos para cuidar un bien y un recurso natural que tenemos que preservar, que es la cuenca hídrica en su totalidad", agregó.
Tanto el ministro como Vazón creen que es necesario avanzar hacia objetivos específicos, como lograr un "monitoreo integral" del río, obtener "mejores estándares" en la calidad del agua o construir el "laboratorio binacional" que anunciaron los presidentes de ambos países, reza el comunicado.
Los análisis de las muestras se realizaron en su mayoría en laboratorios canadienses y algunos en centros argentinos y uruguayos.
De ellos se desprenden ciertos "apartamientos de la normativa de aplicación", como la presencia de elementos sólidos, aceites y grasas en el canal de salida del efluente de la planta, donde también se detectaron temperaturas superiores a los 37 grados centígrados permitidos.
Además, en la desembocadura del río Uruguay se comprobó la existencia de aluminio, amonio, berilio, cadmio, hidrocarburos, hierro, manganeso y níquel en cantidades elevadas.
Después de que se difundieran los datos, el vicecanciller uruguayo, José Luis Cancela, dijo que están "en concordancia" con las normas que establecen los valores admisibles, "más allá" de algunos eventos que fueron "puntualmente registrados", y afirmó que el estado de salud del río fronterizo con Argentina "es bueno".
Ambos países indicaron que a partir de los primeros días de diciembre próximo comenzará el monitoreo inicial del río Uruguay en la totalidad del tramo compartido por ambos países bajo competencia de la CARU.
Con información de EFE