El Alto Representante de la Oficina para las Américas del Banco de Pagos internacionales (BIS), Alexandre Tombini, defendió el surgimiento de monedas digitales de los bancos centrales; conocidas como CBDC (Central Bank Digital Currency). Asimismo, cuestionó la calidad y transparencia de las criptomonedas surgidas en el ámbito privado.
El Político
En un encuentro con periodistas del diario El País, Tombini sostuvo que el desarrollo tecnológico podría traer grandes beneficios; pero las consecuencias finales para el bienestar de las personas en la sociedad dependen de la estructura del mercado y los arreglos de gobernanza que lo sustentan, reseñó El País de Uruguay.
El expresidente del Banco Central de Brasil y exdirector Ejecutivo del FMI explicó en una entrevista posterior con Economía & Mercado que las CBDC son una respuesta a los cambios de hábitos de los usuarios. En las declaraciones, citadas por El País, destaca que estos cambios se aceleraron por la pandemia y temas competitivos.
Monedas digitales extranjeras podrían sustituir a las locales
Si bien Tombini considera “poco probable” que una moneda digital se convierta en una moneda de reserva global únicamente por su naturaleza digital; advirtió que la posible sustitución de la moneda local por una moneda digital de otro país es uno de los desafíos de las monedas digitales de bancos centrales.
Al describir las características que debe cumplir una moneda digital, sostuvo que las divisas de los bancos centrales “tienen que tener como foco específico el interés del público. Debe ser neutral y además promover el acceso; proteger los datos individuales de los usuarios y contar con un nivel de identificación que evite su utilización en actividades ilícitas”.
Señaló que las CBDC pueden impulsar aún más las innovaciones que promueven la eficiencia, conveniencia y seguridad del sistema de pago. Si bien los proyectos y las pruebas piloto de CBDC han estado en marcha desde 2014, los esfuerzos se han acelerado recientemente.
En su reciente Informe Económico Anual, el BIS advierte sobre lo que califica como “debilidades” de las monedas digitales privadas. Califica a las criptomoendas como activos especulativos en lugar de dinero; y en muchos casos se utilizan para facilitar el lavado de dinero, los ataques de ransomware y otros delitos financieros.
Al respecto, Tombini dijo que “no las consideramos como monedas, sino como activos. Le llamamos criptoactivos, ya que no cumplen con las características de una moneda, básicamente unidad de cuenta, instrumento de intercambio y reserva de valor”.
Asimismo, insistió con la diferenciación: “las monedas digitales de los bancos centrales son una divisa digital “envasada” en una cuenta; y no en un token, debidamente registrada, y respaldada por la autoridad monetaria. En cualquier caso, en la medida en que el respaldo involucra dinero convencional, las monedas digitales estables son, en última instancia, solo un apéndice del sistema monetario convencional y no un cambio de juego”.