Guyana y Venezuela, vecinos en América del Sur, enfrentados por una disputa territorial de dos siglos, encaran perspectivas económicas dramáticamente opuestas: una enriquecerá este año; la otra, reforzará su crisis.
El Político
El Fondo Monetario Internacional, FMI, ubicó en abril a la República Cooperativa de Guyana, de solo 801.000 habitantes, como la líder de una lista de 39 países del mundo cuyas economías crecerán este año a pesar del Gran Confinamiento por la COVID-19.
Según las proyecciones, el Producto Interno Bruto de Guyana crecerá 52,8 por ciento este año. En enero, antes de la pandemia, la estimación era de 85,6 por ciento de alza.
La catapulta de la economía guyanesa, fundamentada hasta hace poco en la agricultura y la pesca, serán las operaciones y exportaciones petroleras este 2020.
El 20 de diciembre de 2019, comenzó a salir crudo del primer yacimiento de Guyana: el Liza, a 190 kilómetros de la costa, con una explotación de 120.000 barriles al día.
Las proyecciones de firmas privadas y del propio FMI prevén que Guyana llegue a producir eventualmente entre 700.000 y un millón de barriles de petróleo al día.
Son niveles de un exportador intermedio, pero la cifra la coronaría como el país con mayor ingreso per cápita del mundo.
Y, en el extremo negativo, está su vecino, considerado hace dos décadas la Arabia Saudita del hemisferio occidental por su riqueza en hidrocarburos.
Venezuela pasó de producir 3.329.000 barriles de crudo al día en 1999 a solo 622.000 en abril pasado, según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
El FMI cataloga a Venezuela, con las mayores reservas de crudo del mundo, pero con una industria petrolera en decadencia, como la tercera nación con peor perspectiva económica del año, con menos 15 por ciento.
“Bien por ellos, mal por nosotros”, expresa a la Voz de América Américo De Grazzia, diputado del Parlamento venezolano, hoy en el exilio, sobre esos horizontes financieros.
De Grazzia forma parte del grupo de parlamentarios que, infructíferamente, presentó en el poder legislativo de su país un proyecto de ley para crear el estado 24 de Venezuela: el Esequivo, que incluye dos tercios del territorio donde hoy ejerce soberanía Guyana.
Traba política y legal
Venezuela reclama como suyo, desde principios el siglo XIX, un espacio que hoy constituye el 70 por ciento del Estado guyanés.
Las 34 constituciones de Venezuela han incluido ese territorio, desde el delta del río Orinoco hasta el río Esequivo, como parte del suelo patrio, explica Sergio Urdaneta, autor del proyecto de ley presentado por De Grazzia y otros legisladores.
“Se nos pretende despojar de 150.000 kilómetros de nuestro territorio”, reza el borrador legal redactado por Urdaneta, abogado constitucionalista venezolano, quien compartió a la VOA la normativa introducida en el Parlamento.
La zona la controlaron los imperios de España, Holanda y, finalmente, Gran Bretaña. Este último, en 1897, propuso a Venezuela dirimir la diatriba en un laudo internacional.
El llamado Laudo Arbitral de París, en 1899, falló a favor del Reino Unido. Guyana se independizó en 1966 de las riendas británicas.
Ante la revelación de complicidades entre los delegados británicos y el juez ruso de ese fallo, Venezuela lo denunció como “nulo e írrito” a mitad del siglo pasado y reanudó su reclamo en las Naciones Unidas.
El Acuerdo de Ginebra, en 1966, determinó que Guyana controla la zona, pero apunta que Venezuela reclama su soberanía. Para resolver la disputa, dio un plazo de cuatro años, que, 54 años luego, sigue vigente.
En las últimas dos décadas del siglo pasado, se intentó zanjar el diferendo con el mecanismo conocido como “de buenos oficios” de la ONU. Tampoco dio resultados.
El secretario general de la Naciones Unidas, Antonio Guterres, planteó en 2018 remitir la disputa a la Corte Internacional de la Justicia.
El Parlamento venezolano rechazó la idea, al considerar que no se han agotado “todos los medios de solución pacífica no jurisdiccionales” previstos en la Carta de la ONU.
El diputado De Grazzia observa “muchísimos errores” en las gestiones históricas de los gobiernos de Venezuela sobre el reclamo del Esequibo.
“Hemos dejado el territorio Esequibo sin política de Estado. Eso es sumamente grave para un país que tiene un territorio en reclamación”, argumenta.
Según el legislador, el petróleo que Guyana ha comenzado a explotar y exportar es potencialmente venezolano. Exige, por ende, activar protocolos formales de reclamo.
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Por: VOA