El Departamento de Defensa de los EE. UU. abrió hace poco más de un año una licitación pública para determinar la adjudicación de un contrato muy especial. Se trataba del proyecto JEDI (Joint Enterprise Defence Infraestructures), que buscaba externalizar el alojamiento de datos en la nube.
El Político
Con un valor estimado de en torno a los 10.000 millones de dólares, se ha convertido rápidamente en uno de los contratos más lucrativos de la historia del sector y también en uno de los más codiciados. Sin embargo, los principales favoritos para llevarse el gato al agua no fueron ninguno de los sospechosos habituales de la industria de defensa norteamericana tradicional. Paradójicamente, el principal favorito en todas las quinielas —donde figuraban empresas como Microsoft, IBM, Oracle o Google, entre otras— era el gigante del comercio electrónico Amazon.
Los analistas esperaban que la concesión fuese a parar a Amazon. El Pentágono, sin embargo, concedió el contrato a Microsoft. La primera decisión de Microsoft fue la de iniciar el proceso legal para protestar ante la adjudicación. El viernes dio un paso adelante en su batalla y ha denunciado al Pentágono bajo secreto, para no revelar información delicada.
Se da por hecho que buena parte de caso se va a basar en el abierto enfrentamiento que mantiene el presidente de EE UU, Donald Trump, con el de Amazon, Jeff Bezos, entre otras cuestiones, por las tarifas que cobra a Washington. En julio, Trump sorprendió a los legisladores y las empresas de tecnología al cuestionar abiertamente si el contrato JEDI estaba llevándose con criterios competitivos, y citó para ello supuestas quejas de Microsoft, Oracle o IBM.
El contrato, llamado Empresa de Infraestructura Conjunta de Defensa (JEDI, en inglés), tiene como objetivo sustituir los sistemas de almacenaje propio por los de datos en nube de gigantes tecnológicos, lo que permite acceder a la última tecnología y a servidores masivos.
«Numerosos aspectos del proceso de evaluación de JEDI contenían claras deficiencias, errores y un sesgo evidente, y es importante que estas cuestiones sean examinadas y rectificadas», indicó la empresa de Seattle (estado de Washington, EE UU) en un comunicado.
Además del valor económico del contrato en sí, su importancia va aún más allá, ya que este -el mayor de la historia del Pentágono en el ámbito tecnológico- es visto como el pionero al que pueden seguir otras agencias gubernamentales.
Amazon no es el único postor perdedor que va a demandar al Pentágono. Oracle también está apelando un fallo de julio del Tribunal de Estados Unidos de Reclamaciones Federales que decidió rechazar su apelación a la resolución del contrato.
Fuente: Retina