Transcurría la mañana del sábado, 07 de octubre, cuando los Edris, una pareja de ancianos de la ciudad de Ofakim, en Israel, fueron secuestrados por cinco milicianos de Hamás.
El Político
Los hombres se colaron en la vivienda de la pareja a través de una de las ventanas del inmueble. Lo hicieron mientras los esposos se encontraban en un refugio comunitario, en el que se resguardaron del bombardeo previo.
Tras quedar cautivos, los Edris pasaron cerca de 20 horas bajo la vigilancia de aquellos sujetos. Se autodenominaban "shahids", el sustantivo árabe que se traduce al español como “mártires”.
Los secuestradores, armados con fusiles de asalto AK-47, también portaban granadas y lanzamisiles. Durante varios momentos de tensión, los terroristas amenazaron con liquidar a la pareja.
Charla y bebidas
En una clara exhibición de calma y compostura, Rachel Edris halló formas de ganar tiempo. La mujer, quien supo permanecer tranquila, ofreció refrigerio a sus captores. “¿Has bebido algo? ¿Desearías té o café?”, llegó a preguntarle a uno de los extremistas.
Aquella conversación, acompañada de gestos de amabilidad, evitó que los radicales de Hamás utilizaran sus armas de fuego. Los militantes prolongaron su permanencia en la casa a tal punto que el cuerpo de policía pudo presentarse en el lugar.
Sabiendo que estaban rodeados – y como quien juega con la psique de un niño – Rachel fue aún más gentil. Preguntó a los secuestradores si tenían hambre y pidió a los policías que intentaban negociar un rescate que ordenaran comida.
Los cinco hombres más la pareja recibieron café y galletas. El refrigerio no resolvió la situación de rehenes, pero distrajo a sus autores lo suficiente como para que la policía pudiese preparar un asalto.
Un croquis detallado
Fuera de la residencia, como parte de los policías que cercaron el sitio, se encontraba uno de los hijos de la pareja. En su carácter de agente, pero también de familiar, el funcionario describió a sus compañeros cómo era la casa.
El hijo de los Edris, conocedor del interior del inmueble, lo dibujó con impresionante detalle. Aquel plano improvisado permitió perfilar un operativo mucho más preciso.
Tras casi un día de secuestro, un equipo de élite ingresó al domicilio. De inmediato ubicaron y dieron de baja a cuatro de los terroristas. El quinto había muerto de forma previa, cuando fue liquidado al tratar de salir de la vivienda.