El problema habitacional en Florida es grave. Ciudades como Miami, Orlando, Tampa y otras, no cubren el número necesario de viviendas, y lo más grave, los alquileres son impagables.
Mario Augusto Beroes Ríos/El Político
El condado de Miami-Dade es el lugar del país donde los precios de las viviendas de alquiler han subido más, y aunque las autoridades acaba de aprobar una Ley de Derechos de los Inquilinos.
Esta ley daría cierto nivel de tranquilidad a las miles de personas que temen quedarse en la calle, el problema está lejos de resolverse.
La concejal Raquel Regalado le explicó a la la agencia EFE que esta ley, de la que es patrocinadora, pone “blanco sobre negro” lo que los inquilinos pueden exigir a sus caseros.
También responde a problemas concretos, "pero no tiene competencia en lo que tiene que ver con la desorbitada subida de las rentas, que fue de casi un 57,2 % en un año".
Miami Dade en emergencia habitacional
Regalado agrega que pronto presentará una ley similar sobre los derechos de los caseros para establecer reglas claras para ambas partes en Miami-Dade, el condado más poblado de Florida.
Dicho condado se declaró en oficialmente en estado de emergencia por la falta de vivienda asequible.
La alcaldesa Daniella Levine Cava y la junta de concejales acordaron también el pasado 8 de abril la creación de un programa llamado Building Blocks con vistas a aumentar la oferta de unidades habitacionales al alcance de personas de bajos ingresos.
Por el contrario, la oferta de viviendas de lujo es muy amplia, al igual que la estabilidad en la vivienda.
No solo hay escasez de vivienda asequible en Miami-Dade, sino que la que hay sube de precio frecuentemente debido a un mercado sobrevalorado y con una demanda creciente.
Refugios al tope
Hilda Fernández, directora ejecutiva de Camillus House, entidad que desde hace 60 años asiste a personas sin hogar en Miami, confesó que tienen su refugio “repleto” a consecuencia del aumento de los precios de la vivienda.
Las personas y familias que atienden en un programa de prevención del desamparo no pueden abandonar el refugio porque, a pesar de contar con ayudas para alquilar vivienda, no encuentran nada a su alcance y eso impide que los que están en la calle puedan acceder al techo que les da Camillus House.
En lugar de 90 días en el refugio están quedándose hasta 120 o 140 días, dice Fernández, quien subraya que la demanda de camas es tal que están sobrepasando la capacidad del refugio, que es de 400.
Lilly Vázquez, de la organización Wynwomen, una de la que forman parte de la alianza Smash, creada para responder “a la crisis de la renta”, dice que es “bochornoso” lo que está pasando.
La mayoría son personas mayores, madres solteras y excombatientes de las guerras de EEUU en el extranjero que con los 800 o 900 dólares que reciben como ayuda mensual del Gobierno no pueden pagarse un techo en Miami-Dade.