Vecinos del famoso club privado de Donald Trump en Florida, Mar-a-Lago, le han enviado un explícito mensaje al presidente dejándole claro que prefieren que se vaya a vivir a otra parte.
El Político
Se trata de una carta enviada por vecinos del lugar a la ciudad de Palm Beach, en donde se encuentra el club, y también dirigida al Servicio Secreto de Estados Unidos.
En la cual se afirma que Trump no tiene derecho legal de vivir en Mar-a-Lago ya que tras un acuerdo firmado a principios de la década de los 90 el magnate convirtió la finca en un club privado y se comprometió a que no sería usado como residencia permanente.
Los vecinos de Mar-a-Lago aseguran que la ciudad debería notificar al mandatario de que no podrá usar el club como su residencia privada cuando deje el cargo, reportó Univision.
Algo que Trump ya ha anunciado en varias ocasiones, tras dejar claro que no volverá a su natal Nueva York; una ciudad con la que se ha enemistado durante su mandato.
Situación embarazosa
Según la carta de los acaudalados vecinos del lugar, a nombre de la familia DeMoss, la ciudad debería dar este paso para evitar "una situación embarazosa" al presidente saliente, si se muda al club tras dejar la Casa Blanca y luego se le ordena retirarse.
“Palm Beach tiene muchas propiedades hermosas a la venta, y estamos seguros de que el presidente Trump encontrará una que satisfaga sus necesidades", dice el abogado, Reginald Stambaugh en la carta.
"No existe absolutamente ninguna teoría legal según la cual [Trump] pueda usar esa propiedad como residencia y como club", dijo Glenn Zeitz, otro propietario cercano de Palm Beach citado por el Post. Zeitz ya se ha enfrentado antes a Trump cuando intentó apoderarse de una casa privada para ampliar su casino de Atlantic City.
"Básicamente está jugando una mano perdida. No va a intimidar ni a engañar a la gente porque nosotros estaremos allí", añadió.
Vecino complicado
Durante los años de la presidencia de Trump varios vecinos se han quejado de atascos, calles bloqueadas por seguridad y otras complicaciones relacionadas con las visitas de Trump a su club privado.
Además, el magnate ha intentado obviar leyes y regulaciones locales básicas, desde la altura de un mástil de la bandera emplazado en su resort, hasta la ley electoral, cuando intentó registrarse para votar en Florida usando la dirección de la Casa Blanca en Washington, lo cual es ilegal en el estado.
Aunque por el momento el propio Trump o su equipo cercano no han dado declaraciones sobre este tema, un portavoz de una de sus empresas dijo al Post que “no existe ningún documento o acuerdo que prohíba al presidente Trump usar Mar-a-Lago como su residencia”.
Sin embargo, un documento firmado hace más de 25 años parece indicar lo contrario.
Acuerdo para salvar sus finanzas
La carta de requerimiento presentada oficialmente por los vecinos de Trump en Palm Beach se basa en un acuerdo firmado por el magnate y la ciudad en 1993, cuando el costo de mantener Mar-a-Lago como residencia se le iba de las manos a Trump, cuyas finanzas se hundían.
En ese entonces firmó un acuerdo que decía, entre otras cosas, que los miembros del club tienen prohibido pasar más de 21 días al año en las suites para huéspedes y pernoctar más de siete días consecutivos allí.
La primera propuesta de Trump para solucionar los gastos del lugar había sido dividir la propiedad en varias casas de lujo y alquilarlas o venderlas, pero conservacionistas, vecinos y funcionarios locales impidieron que se alterase la histórica edificación, que es patrimonio del lugar, y su plan no pudo ser implementado, por lo que el magnate demandó al ayuntamiento.
Finalmente, Trump consiguió arreglar el asunto convirtiendo la propiedad en un club privado, la única idea que las autoridades aceptaron, aunque con recelo, para preservar el lugar.
Complicaciones para el Servicio Secreto
Como cada presidente de Estados Unidos, una vez que deje el cargo, Trump y su familia seguirán siendo protegidos por el Servicio Secreto, que ya debe estar preparando las condiciones necesarias para la instalación de la familia en Mar-a-Lago, por lo que si finalmente a Trump se le impide mudarse al club, la agencia tendría que empezar de cero en otro lugar.
Los expresidentes del país tienen un pequeño grupo de agentes del Servicio Secreto que garantizan su protección de por vida, al punto de ocupar un espacio cercano a la familia, como una habitación separada dentro de la propiedad, además de realizar ciertas reformas imprescindibles a la vivienda que vayan a ocupar.