Se suele decir en los círculos de poder de Beltway que un ejército fuerte mantiene lejos a los enemigos… Debemos reconocer que el poder blando es excelente, incluso maravilloso, pero no sirve para nada si no puedes demostrar capacidad de defender tus intereses y voluntad de devolver el golpe que te dan los adversarios.
Alfonso M Becker/El Político
Los advenedizos del pensamiento árabe moderno carecen de buenos centros universitarios en la geopolítica del caos que es Middle East… Lo único que el islamismo más extremista y ruin ha hecho por la formación de los árabes, y de los mahometanos en general, es desintegrar sus posibilidades intelectuales cambiando el mundo real por la fantasía criminal de sus clérigos y ulemas…
Los “eruditos” musulmanes (por llamarlos de alguna manera) formados en las universidades occidentales, para colmo, carecen del prestigio y la fiabilidad requeridos ya que sus alma mater no han sido otra cosa que la expresión pública de la educación mediocre que se despacha en los centros periféricos de las democracias del llamado Occidente.
Entiéndase esto si se deja bien claro que el liberalismo económico advierte con números que la educación es muy cara y el que quiera formación que la pague… El resultado final no puede ser otro que un centro cultural de odio donde los desfavorecidos domésticos, los migrantes y los resentidos en general, pululan, más como activistas políticos que como seres humanos con ansia de saber.
Los laboratorios de “ideas militantes musulmanas”, en tierras que ellos llaman “del Islam” -por tanto- solo pueden parecer centros para estudios de campo en un vasto territorio donde el Islam solo ha podido conformar un paisaje de terror y muerte que abarca medio mundo. Ese medio mundo en el que viven.
Se lo han buscado, no se detienen ante nada, se creen los amos de Oriente Medio y como un día la Libia de Khadafi, o el Irak de Sadam Hussein, o la Siria del clan Assad, serán destruidos, su Estado desmantelado y su país arrasado por la violencia de las variopintas facciones mahometanas y el ajuste de cuentas de las múltiples tribus islamistas.
Sean los lectores todo lo políticamente correctos que quieran o puedan ser… Pero la geografía ha sentenciado a los persas y el poder de un Estado terrorista debe ser contenido, quizás equilibrado como la Siria árabe, o directamente derrotado y aniquilado como es el caso de Irán…
El grave problema de Teherán son sus clérigos asesinos, que se han enriquecido proclamando una dictadura islámica de muerte y de miseria. Todo habría sido soportado hasta ahora si no fuera porque Irán ha señalado a Israel y a los judíos como agentes del Infierno a los que hay que exterminar…
Y a los europeos y a los americanos como agentes satánicos a los que hay que matar…
Pues ha llegado la hora. Así lo sentencia la geografía.
El Council on Foreign Relations, en la antigua Harold Pratt House, en Nueva York, ha ideado una forma de devolverle los golpes al terrorismo persa. Hacerle daño. Mucho daño y destrucción. ¿Quieren llegar hasta un bombardeo masivo en Teherán?
Pues que el Líder Supremo de la república islámica lo elija…
El problema de Washington, en cambio, es el desvío de recursos militares importantes para dar una “lección merecida” al terrorismo persa. Los planes previstos no son -ni serán- los clásicos y llamativos de un gran enfrentamiento armado; sino una suerte de “partido de tenis”…
Devolver los golpes con contundencia y ver hasta dónde quieren llegar los asesinos persas; el grado de escalada militar en el que desean moverse…
La grave amenaza del stablishment iraní advirtiendo que Israel o cualquier buque de guerra europeo se abstengan de acercarse al Golfo Pérsico, ha subido el termómetro de la paciencia judeocristiana…
Ahora se abrirá un frente de guerra en el patio trasero de Teherán.
La puerta celeste de Chatham House se abrió, a pesar de todos los problemas del “Brexit”, para acoger las urgentes conferencias para responder (así lo llamaron) al “engendro persa con pretensiones de imperio”…
La cosa va tan en serio que los submarinos británicos con armas nucleares quieren ajustar cuentas en la propia guarida de los ayatolas… Ya están en sus posiciones de ataque…
Según el Pentágono, toda esta basura de enemigos globales se jactan de que, todos juntos, atacando a la vez, son invencibles… Sin embargo, Washington lo considera un desafío complejo y de extraordinario interés como ejercicio de guerra para estirar músculo en múltiples frentes y con gran diversificación de formas de ataque…
Les estoy explicando que la Casa Blanca ha decidido aceptar el desafío de los persas como “aperitivo” antes de destruir el Gobierno de los ayatolás… La idea general es “estudiar” cuánto aguantan los asesinos islámicos cuando atacas su patio trasero… Hacerles lo que ellos le hacen a Israel…
Si el staff de Donald Trump merece respeto y crédito es por esto y no por las gilipolleces de la política espectacular ideada en Capitol Hill para advertir a enemigos y aliados que el que quiera desbancar y expulsar a Estados Unidos tendrá que jugar la partida y no esperar como carroñeros a que la vieja superpotencia se muera por sí sola…
Es este gran espectáculo que se avecina, el que aclara las ideas para elegir el sitio y la hora de la pelea…
Se suele decir en los círculos de poder de Beltway que un ejército fuerte mantiene lejos a los enemigos…
Debemos reconocer que el poder blando es excelente, incluso maravilloso, pero no sirve para nada si no puedes demostrar capacidad de defender tus intereses y voluntad de devolver el golpe que te dan los adversarios.
Washington y sus aliados están preparados para esto y para mucho más.
Buques de la US Navy, británicos y franceses ya operan desde Omán… Lo que no saben los persas es que los submarinos israelíes que llevan misiles con punta nuclear, entran y salen del Golfo Pérsico, como si fuese su casa…
El imperio persa de pacotilla no sabe a lo que se enfrenta.
No habrá otra guerra del Golfo.
Solo se devolverán los golpes hasta que el moro, el turco y el persa, aprendan que no se debe perder el debido respeto.