El país con más presencia del VIH, Sudáfrica, iniciará un nuevo tratamiento en el septiembre. ¿Qué consecuencias tendrá su empleo en los pacientes y, especialmente, para las mujeres?, según publicó ElPaís
El Político
La investigadora estadounidense Rebecca Zash, miembro del cuerpo docente de la división de enfermedades infecciosas del Centro Médico Beth Israel Deaconess de Boston, hizo un descubrimiento terrible. Se trata de los terribles efectos de un nuevo fármaco llamado dolutegravir.
El dolutegravir era el favorito para el tratamiento del sida. En 2013, diversas investigaciones demostraron que podía reducir la presencia del VIH en la sangre de una persona a niveles tan bajos que resultaba imposible su transmisión.
Una revisión de estudios publicada en la revista Clinical Pharmacokinet mostró que el fármaco era capaz de alcanzar la supresión viral mucho más rápido que el efavirenz, nombre con el que se conoce el compuesto tradicional. Por otra parte, el dolutegravir presentaba menos restricciones a su administración junto con otros medicamentos cuando se empleaba como parte de un tratamiento combinado contra el VIH.
Otro aspecto interesante es que el medicamento se puede tomar con el estómago vacío.
Sin embargo, Zash descubrió algo aterrador: de las 426 mujeres que habían concebido mientras estaban en tratamiento con dolutegravir, cuatro habían dado a luz bebés con deformidades graves. Estas anomalías congénitas, llamadas defectos del tubo neural, afectan al cerebro y a la columna vertebral. Tres de los niños nacieron muertos.
En cambio, las mujeres que habían empezado a tomar el fármaco cuando ya estaban embarazadas no mostraban las mismas señales. Es decir, algo tuvo que pasar en los primeros 28 días de gestación, cuando la columna y la cabeza del feto empiezan a formarse. Pero, ¿qué había sido?
En relación con el uso de este fármaco, la Organización Mundial de la Salud advirtió que las mujeres embarazadas que lo estuviesen tomando debían seguir haciéndolo, "pero en los casos en los que existiese la posibilidad de quedar encinta y no se pudiese asegurar "el empleo habitual de anticonceptivos", tenían que volver al tratamiento antiguo.
El señalamiento desató una reacción en cadena de enormes proporciones. Los países que habían albergado la esperanza de introducir el fármaco suspendieron bruscamente la iniciativa a la espera de comprobar si otros estudios confirmaban los datos preliminares de Zash.
Por ello, la investigadora estadounidense y otros científicos de todo el mundo continuaron trabajando en segundo plano para averiguar si los defectos congénitos realmente tenían que ver con el medicamento. La idea era llenar los vacíos de datos fundamentales sobre su eficacia en los lugares y entre las personas que más lo necesitaban.
Hoy en día se sabe que el riesgo que Zash descubrió no ha desaparecido del todo. Sin embargo, un nuevo estudio presentado la semana pasada en la Conferencia Internacional del Sida sobre Ciencia del VIH, celebrada en Ciudad de México, indica que podría ser menor de que lo que se pensaba al principio. El estudio analizaba 119.000 nacimientos entre mujeres de Botsuana en tratamiento antirretroviral, alrededor de 1.700 de las cuales habían concebido mientras estaban tomando dolutegravir.
Anton Pozniak, de la Sociedad Internacional del Sida , explicó que de cada 1.000 nacimientos, tres presentaron defectos del tubo neural, frente a alrededor de uno entre 1.000 en el caso de mujeres medicadas con otro antirretroviral.
Sin embargo, un estudio similar realizado con unas 1.500 mujeres brasileñas en tratamiento contra el VIH —una cuarta parte de las cuales se quedó embarazada mientras estaba en tratamiento con dolutegravir— no registró ni un solo caso de anomalía congénita. Los científicos continúan haciendo un seguimiento del fenómeno en todo el mundo.
Pozniak agregó que estos datos proporcionan "pruebas consistentes de que hay que tomarse en serio el riesgo y seguirle la pista en el tiempo".
Actualmente, 75 países de ingresos medios y bajos se están preparando para administrar a los pacientes el tratamiento con dolutegravir que recomienda la OMS. Los Gobiernos de alrededor de la mitad de ellos ya están comprando existencias.
Tras colaborar con grupos activistas, la OMS ha acompañado sus nuevas recomendaciones sobre el dolutegravir con un informe de 40 páginas sobre medidas anticonceptivas en los programas contra el VIH.
La organización sostiene que, tanto si se acaba concluyendo que la nueva terapia antirretroviral tiene que ir asociada a la anticoncepción como si no, hoy por hoy se ofrece la oportunidad de garantizar que las mujeres infectadas por el VIH puedan tomar realmente sus propias decisiones en lo que a métodos anticonceptivos se refiere.
Lo cierto es que Sudáfrica empezará a introducir el dolutegravir en septiembre. Las simulaciones presentadas en la Conferencia Internacional del Sida de 2016 indican que la iniciativa no solo ahorrará decenas de millones al país en las próximas dos décadas, sino que, según los estudios, a medida que los pacientes en tratamiento con el fármaco se beneficien de sus efectos y sus cargas virales puedan descender más deprisa gracias a la mayor tolerabilidad del medicamento, habrá menos personas que puedan transmitir el virus, lo cual contribuirá a reducir en 616.000 el número de nuevas infecciones de aquí a 2028.
Con información de: ElPaís