Alberto Fernández es el nuevo jefe del peronismo en Argentina. Movimientos políticos realizados en las últimas semanas conducen a que el mandatario asuma la presidencia del Partido Justicialista. Está cerca el 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, cuando se espera que Fernández concentre todo el poder: presidencia de la república y del partido oficialista.
El Político
En la Casa Rosada la actividad ha sido febril en las últimas semanas. Reuniones de las diferentes tendencias internas del peronismo y el gobierno son la constante. Así como cuando se elige al Papa, al fin salió humo blanco. El anuncio oficial se producirá el Día de la Lealtad Peronista, pero es un hecho que Fernández es el elegido.
El actual presidente del Partido Justicialista, José Luis Gioja, se reunió con Santiago Cafiero, jefe de Gabinete y hombre de confianza de Alberto Fernández. Ratificaron la idea de que el presidente argentino sea también la máxima autoridad partidista.
“Estamos trabajando para la unidad del peronismo y Alberto Fernández como presidente del partido es hoy el único que puede garantizar esa unidad”, dijo Gioja a Infobae.
La Confederación General del Trabajo (CGT) juega un rol esencial en el impulso a Fernández para presidir el partido peronista. Espera reunir más de un millón de personas en los actos de la lealtad peronista. Esa sería la consagración del mandatario como líder.
Concentrar el poder en Alberto Fernández, como presidente y jefe del partido, es parte del objetivo de mostrar a un peronismo monolítico. Las muestras de unidad están dirigidas a sumar poder, con miras a las elecciones legislativas de 2021.
El oficialismo no puede darse el lujo de perder escaños en el Congreso. Necesitan mayoría para aprobar una serie de leyes tendientes a consolidarlos en el poder.
Cristina y su extraño silencio
Es sabido que Cristina Fernández de Kirchner no se caracteriza por ser una líder silenciosa, indica un análisis de Clarín. Sus explosiones de carácter son harto conocidas, dentro y fuera del peronismo.
Sin embargo, en esta ocasión, parece dar paso al liderazgo de Alberto sin mayor estridencia. Se rumora tras bastidores, que en las negociaciones bajo cuerda busca ventajas para su hijo, Máximo Kirchner.
La actual vicepresidente está dispuesta a sumar a La Cámpora a las organizaciones que respaldan el liderato absoluto de Alberto Fernández.
Es tradición en el peronismo, que quien mande en el país, guíe también al partido, como ocurrió con Carlos Menem, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, respectivamente.