En un análisis sobre lo que está ocurriendo en el ámbito político en Argentina el periodista Esteban Talpone realizó una crónica sobre los motivos de la frustración que tiene los argentinos y que pueden influir -negativamente- en las próximas elecciones presidenciales.
El Político
Talpone expuso en el portal de noticias a24.com que en la década de los 80, luego de culminar la dictadura militar, tanto los peronistas como los radicales se detenían en la calle para discutir de política.
Aseveró que en esa época los argentinos tenían muchos sueños y nada de celulares ni computadoras personales, las noticias se anunciaban en las pizarras del edificio del diario La Nación o se vociferaban desde la tapa del diario Crónica. La radio y la televisión eran abiertas, tampoco existían ni el cable ni las redes sociales.
Según el cantante León Gieco, "Compramos ‘El Página’, leemos a Galeano, cantamos con La Negra, escuchamos Víctor Jara".
Destacó el periodista argentino que, "El debate callejero había renacido con la democracia y casi nadie eludía la confrontación, que generalmente transcurría con más gritos que incidentes. Los desbordes eran inofensivos daños colaterales. Pura pasión".
Raúl Alfonsín
Narró Talpone que "las discusiones, casi siempre, giraban en torno a la política económica del flamante gobierno de Raúl Alfonsín, que había desembarcado en la Casa Rosada con Bernardo Grinspun, quien confrontó durante casi dos años con el Fondo Monetario Internacional por la abultada deuda externa que había dejado la administración de los comandantes".
Grinspun no pudo con la inflación, y fue sustituido por Juan Vital Sourrouille, quien implantó un fuerte plan de ajuste e impuso una nueva moneda, el Austral, en lugar del Peso.
Según el comunicador social argentino, poco a poco, "el debate político en las calles se fue apagando y dejó su lugar a la frustración social. La hiperinflación pegaba duro en las familias argentinas, en una nación que aún estaba lejos, muy lejos, de los actuales índices de pobreza".
Reflexionó Talpone que, "hoy pocos lo recuerdan, porque la memoria debe tener un instinto piadoso, pero los alimentos de la canasta básica presentaban un precio por la mañana y otro bastante superior por la noche. Y los salarios, cuyo pago todavía no estaba bancarizado, se disolvían en el bolsillo".
El periodista comentó que Alfonsín impulsó las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, las cuales ayudaron a militares genocidas. Agregó que en ese tiempo el sistema energético estaba en crisis y los apagones era cotidianos.
Carlos Menem y el renacimiento del "nuevo" peronismo
Esteban Talpone destacó que con la llegada de Carlos Menem, "el radicalismo perdió frente al “nuevo” peronismo las elecciones legislativas de 1987 por cuatro puntos de diferencia". Destacó que el peronismo renació después de haber quedado fuera del poder en 1983.
El presidente hasta ese momento Alfonsín anunció la “resignación” del poder -nunca mencionó la palabra renuncia- a partir del 30 de Junio de 1989, cinco meses antes de lo previsto.
Menem que había ganado las elecciones en mayo, dio una entrevista a Radio Mitre y declaró, "Estamos dispuestos, totalmente dispuestos, a asumir la conducción de la República".
Y así lo hizo, mientras Alfonsín, insultado en las calles por su fracaso económico, decidió retirarse. Solamente salió -muchos años después- cuando Cristina Kirchner le hizo un homenaje en la Casa Rosada, y él lo aceptó resignado. Para el periodista Talpone, Argentina "era un país conectado por internet y desconectado por la grieta".
Alfonsín murió en 2009, algunos lo perdonaron post mortem.
Lo que viene para Argentina
Talpone indicó que recordó esta historia, "luego de las elecciones primarias que vieron derrotado a Mauricio Macri". Aseveró, "No por comparar a Macri con Alfonsín, sino por reflexionar sobre la dramática combinación entre fracaso y frustración que los argentinos arrastramos a lo largo de nuestra historia democrática".
Otra de las reflexiones que hizo el periodista sobre la historia política de Argentina es que se observa que existe una "incapacidad para modelar un país más normal, en el cual el éxito político de unos no se construya sobre el gobierno malogrado de otros, sino sobre proyectos de crecimiento, desarrollo e inclusión. El ejemplo de la alternancia democrática sin traumas tal vez no esté tan lejos".
Aseveró, "Aquellos que hoy avizoran en la capitulación de Macri la revancha propia, deberían repasar la historia. Su fracaso es también el de todos nosotros, lo hayamos votado o no. Y quienes intuyen en el probable triunfo de Alberto Fernández el despertar de un fantasma con acento venezolano también deberían dejar de lado las mezquindades. Tal vez así, los unos y los otros, puedan retomar el espíritu de una democracia con la cual, alguna vez creímos".