Según el más reciente informe de la organización Una Ventana a la Libertad, publicado esta semana, las cárceles del SEBIN en El Helicoide y Plaza Venezuela, permitidos por el régimen de Nicolás Maduro, continúan siendo lugares donde los detenidos políticos experimentan severas condiciones infrahumanas.
El Político
El SEBIN pasa a las páginas de la historia como uno de los organismos político policiales con más responsabilidades en el quehacer represivo y violatorio de los Derechos Humanos por parte del régimen de Nicolás Maduro, pero de unos años para acá el Servicio Bolivariano de Inteligencia, adscrito a la Vicepresidencia Ejecutiva de la República, ha venido atravesando transformaciones internas como el reemplazo del general a cargo, Gustavo González López, por el general de brigada Manuel Christopher Figuera, quien abandonaría el órgano -y el régimen- para unirse al alzamiento militar del 30 de abril del 2019, lo que hizo que regresara González López, reportó Primer Informe.
Recordemos que estos cambios se realizaron luego de la muerte en custodia del concejal Fernando Albán en la sede central de este cuerpo en Plaza Venezuela, las denuncias sobre torturas en este mismo centro por parte de Lorent Saleh al ser liberado, y finalmente el altercado entre miembros de los grupos de escoltas de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, esta última conformada por el SEBIN.
En el breve período en el que el SEBIN estuvo en manos de Christopher Figuera, se realizaron cambios estructurales y de procedimientos en la institución, lo que hizo que se redujera la frecuencia de las detenciones practicadas por agentes del cuerpo, así como las denuncias sobre torturas y tratos crueles e inhumanos. Esto se ha mantenido así aún cuando González López ha vuelto a la dirección de este ente.
La actividad del SEBIN también se redujo en cuanto a la represión del sector opositor, aunque desde la Dirección de Contrainteligencia se han mantenido en estas tareas y aumentado la frecuencia de sus actuaciones.
El último informe de la ONG venezolana Una Ventana a la Libertad, detalla la situación actual del SEBIN y expone que después de la revuelta iniciada en mayo del 2018 en la que internos lograron tomar el control de un sector del centro de detenciones, el Ejecutivo ordenó el traslado a internados judiciales de un grupo de presos comunes, quienes permanecían en las mismas instalaciones junto a los presos de conciencia, así como las posteriores liberaciones del estadounidense Joshua Holt y el Villca Fernández, quienes salieron del país como parte de las exigencias del régimen para sus liberaciones.
Pero las violaciones a los Derechos Humanos continuaron, según recopiló Primer Informe, tanto para internos como para los que luego fueron detenidos.
La muerte en custodia del concejal Fernando Albán, el 8 de octubre de 2018 demostró la clase de prácticas que se llevaban a cabo dentro del SEBIN, como lo denunció Luisa Ortega Díaz, Fiscal General en el exilio, el edil murió por ahogamiento durante un interrogatorio en la sede de Plaza Venezuela, «en el que le impidieron respirar al envolverle la cabeza con una bolsa húmeda. Luego, lo habrían lanzado al vacío para simular un suicidio», como dice el documento de la ONG.
Albán no fue el único protagonista de uno de estos casos de crueles excesos: luego del denominado «magnicidio frustrado» por dos drones que estallaron en distintas partes del centro de Caracas, mientras se celebraba el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana en la avenida Bolívar, se realizaron pesquisas por parte del SEBIN, cuyas acciones fueron denunciadas como violatorias de los derechos fundamentales de las personas que eran privadas de libertad como supuestos sospechosos.
El más conocido fue el diputado Juan Requesens, detenido por esta causa y de quien se dieron a conocer 2 videos, el primero por Jorge Rodríguez dándole forma a un discurso en el que mezclaba las explosiones con parte de la dirigencia opositora, y un segundo video, que aún se desconoce la fuente, donde el Requesens aparece semidesnudo y mostrándose con una deplorable imagen que generó especulaciones sobre los tratos, torturas y manejos en el caso de este legislador opositor, quien hasta el momento se encuentra detenido.
El Helicoide
Tras la llegada de Christopher Figuera, en el SEBIN ya no se llevan a cabo los tratos crueles e inhumanos, pero sí mantiene la aplicación de un régimen de castigo que consiste en el aislamiento del detenido, durante lapsos que son establecidos por el jefe de régimen, y que van desde una semana hasta varios meses.
Este aislamiento puede ir acompañado por la eliminación de las visitas y del derecho de realizar llamadas, desde el teléfono ubicado en la sala de visitas.
En este centro de detención existen 137 privados de libertad, cifra que disminuyó de los 340 que Una Ventana a la Libertad refirió en su primer informe sobre este tópico en 2017.
Según Primer Informe, el Helicoide cuenta con dos pasillos, cada uno con un baño y con diez celdas cada uno, son denominados con letras A y B. La mayoría de las celdas cuenta con luz propia y una o dos literas, de acuerdo al espacio. También existen dos celdas destinadas a la población femenina.
Existen celdas más grandes que no están en estos pasillos sino adyacentes a la entrada de este sector desde el exterior. Éstas tienen capacidad para 8 personas cada una y poseen un baño.
También existen celdas unipersonales, dotadas con baño propio, lo que «sugiere un tratamiento diferenciado de la institución hacia unos u otros presos. (…) En la actualidad, tienen celdas unipersonales el diputado Requesens, la ex senadora colombiana Aida Merlano, Fernando Negretti, los hermanos Ottoniel y Rolando Guevara y Walid Makled, señalado de ser la persona más influyente dentro de la población penal de SEBIN Helicoide.»
Plaza Venezuela
«La Tumba», como también se le conoce a esta sede del SEBIN ubicada en Plaza Venezuela, posee siete celdas que se encuentran en los sótanos de la edificación, con severas condiciones de aislamiento impuestas a los reclusos.
Lo que se busca acá es asegurarse que el detenido permanezca confinado en una celda de aproximadamente 6 metros cuadrados, en las condiciones más rigurosas.
El abogado Omar Mora Tosta refiere que las celdas en esta sede son unipersonales y que se han modificado las prácticas de «tortura blanca», que se ejercían hasta 2018, mediante la imposición de temperaturas extremadamente bajas y prolongados lapsos de iluminación artificial. En la actualidad, predomina el aislamiento y prohibición de comunicación entre los reclusos ni con sus carceleros.
Allí también se encuentra detenido el capitán retirado de la Guardia Nacional Juan Carlos Caguaripano, quien se encontraría en severas condiciones de confinamiento sin que se le permita la visita de su abogado defensor.
«Otros dos detenidos en las celdas de Plaza Venezuela son Diego Salazar y José Enrique Luongo, señalados por irregularidades en la contratación de seguros de Petróleos de Venezuela», reza el informe. Éstos están en esa instalación desde el 2 de diciembre del 2017 y para diciembre del 2018 sus abogados denunciaron que desde que están ahí y hasta la fecha ambos sólo habían recibido 15 horas de sol.
Con las causas de Salazar y Luongo paralizadas, Baduel ya purgando sentencia, y el caso del capitán Caguaripano en fase de juicio oral, no existe un factor que se repita entre los detenidos que incida en la decisión de retenerlos en estas celdas.
Fuente: Primer Informe