Con sus flotas de aviones en tierra desde hace más de dos meses, las aerolíneas comerciales de América Latina han quedado en una situación de cuidados intensivos frente a la pandemia del nuevo coronavirus.
El Político
Mientras el COVID-19 se esparce aceleradamente y pone contra las cuerdas a las grandes economías y destinos de viajeros en la región, las compañías aéreas dicen que la contingencia sanitaria las está ahogando como nunca y avizoran un regreso lento e incierto. Dos grandes del negocio se acogieron a protección por bancarrota; otras no sobrevivirían sin auxilios de los gobiernos, advierten.
Para los expertos de la industria, se trata de la más severa crisis en la historia de la aviación comercial en la región y el mundo. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) estima en un reporte enviado a The Associated Press que las aerolíneas en América Latina y el Caribe sufrirían una baja en la demanda de pasajeros del 49% y una pérdida de ingresos de 18.000 millones de dólares en todo 2020, respecto al año anterior. La actividad, según IATA, genera más de siete millones de empleos y aporta más de 160.000 millones de dólares al PIB regional.
Tras la llegada de la pandemia, los gobiernos de la región fueron ordenando el cierre de sus fronteras aéreas, marítimas y terrestres. Salvo Brasil, México y Nicaragua, la mayoría de los aeropuertos de los demás países cerraron a los vuelos comerciales, permitiendo sólo los humanitarios.
La paralización cortó el buen momento que atravesaba la industria en la región, que en 2019 superó los 300 millones de pasajeros transportados, un 8% del mercado aéreo global, refirió a la AP Gonzalo Yelpo, director legal de la Asociación de Transporte Aéreo de América Latina y el Caribe (ALTA), que integran aerolíneas referentes como LATAM, Avianca, Aeroméxico y Copa Airlines.
“En sólo un mes, esta situación cambió radicalmente y, para el momento en que podamos retornar a los cielos, tendremos una aviación mucho más pequeña en la región, comparativamente similar a la que teníamos en el 2009”, estimó.
La crisis ha empujado a procesos de reorganización por deudas en la industria. LATAM –la aerolínea chilena más grande de la región que surgió de la fusión de las compañías sudamericanas LAN y TAM y con una flota de más de 340 aviones y más de 42.000 empleados en su nómina— solicitó el martes protección por bancarrota en Estados Unidos, mientras trata de gestionar el brusco descenso en los viajes aéreos provocados por la pandemia.
Los vuelos de pasajeros y mercancías de la aerolínea seguirían operando y los empleados recibiendo sus salarios, en tanto que los pasajeros con boletos y cupones aún podrían utilizarlos, dijo la firma.
“Estamos deseando llegar a un futuro post COVID-19 y nos centramos en transformar nuestro grupo para adaptarnos a una forma de volar nueva y en evolución, con la salud y seguridad de nuestros pasajeros y empleados como algo fundamental”, dijo el director general de la compañía, Roberto Alvo, en un comunicado anunciando la declaración de bancarrota.
En el proceso estaban incluidas la matriz y sus filiales en Colombia, Perú y Ecuador, así como sus operaciones en Estados Unidos. No incluyó a sus filiales en Argentina, Brasil y Paraguay.
LATAM esperaba aumentar gradualmente los vuelos domésticos e internacionales en Sudamérica las próximas semanas. Chile y Ecuador reanudarían gradualmente las operaciones a los vuelos comerciales a inicios de junio. La aerolínea prometió “tarifas que en promedio puedan ser hasta un 20% más económicas”.
Avianca –la segunda aerolínea de la región– se sometió también al proceso de quiebra en Estados Unidos, lo que según Yelpo, el directivo de ALTA, “es una medida valiente… una forma de reestructurar y proteger el negocio, lo que le permitirá a la aerolínea volver a operar cuando la crisis sanitaria sea superada, aunque seguramente lo hará con un tamaño menor”.
Copa —aerolínea insignia de Panamá con su flota de 100 aviones en tierra desde hace dos meses— esperaba reiniciar operaciones a cuentagotas probablemente a fines de junio, cuando se cumpla la ampliación de las restricciones aéreas dispuestas en el país centroamericano.
Aeroméxico Connect —la línea más grande de México— anunció el lunes que reactivará los vuelos a Asia, Centroamérica, ciudades de Estados Unidos y Canadá, a partir de junio, aunque señaló que las rutas a Sudamérica tendrían que esperar hasta julio.
“Si no comenzamos a volar pronto, muchas empresas de la industria estarán en riesgo de subsistir”, aseguró Yelpo. “El apoyo de los gobiernos es fundamental en este punto”.
Fuente: AP