En su columna habitual en The New York Times, el politólogo y comentarista Jorge G. Castañeda le hace ver a la administración del demócrata Joe Biden que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, maneja de manera catastrófica todas las facetas de la situación de su país. Desde la pandemia hasta la economía, los altos índices de delincuencia y violencia. Así como el deterioro de las instituciones democráticas, el estado de derecho y los derechos humanos.
El Político
Castañeda, quien fue secretario de Relaciones Exteriores de México entre 2000 y 2003, comienza por comentar que no resulta sencillo lidiar con la migración proveniente de México y Centroamérica. Más aún con el paso de la pandemia que en pare genera la recesión económica
Expresa: “Las fuerzas que compelen a la gente a dejar su hogar y migrar hacia el norte han existido y evolucionado desde hace décadas. Para los mandatarios estadounidenses ha sido una pesadilla abordar este problema. El cual, a su vez, implica un escenario de horror para los gobiernos de México y Centroamérica. Lo que complica este problema para Biden es la realidad actual en México. Una muy distinta a la que enfrentaron Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama e incluso Trump”.
El columnista sostiene que el gobierno de Biden, de manera contradictoria con los objetivos de su propia agenda y los esfuerzos a largo plazo a favor de los derechos humanos y la democracia, ha entablado un acuerdo corto de vista con México. Con el propósito de atender de inmediato la “crisis de los menores”. Y que esto no fue nada fácil de conseguir, pues requirió que Biden convenciera a AMLO de cooperar. Y que cooperar “en este ejercicio diplomático, suele ser un eufemismo para hacer el trabajo sucio de Estados Unidos”.
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— Jorge Castañeda (@JorgeGCastaneda) April 30, 2021
Washington: el último hueso para roer por México
Castañeda estima que a cambio de la colaboración de López Obrador, el gobierno de Biden se ha abstenido de criticar su creciente autoritarismo. Y que esto resulta decepcionante y podría presagiar problemas para México. Con una oposición debilitada, un poder judicial atemorizado, un ejército corrupto y una élite intimidada. Así como una sociedad civil desorganizada. Y que el único elemento político que le queda a AMLO por contener es Washington.
Añade: “Hasta el momento, el gobierno de Biden se ha mostrado reacio a pronunciarse sobre aspectos de su agenda bilateral que suponen inquietudes legítimas como la gestión macroeconómica, las energías renovables y el Estado de derecho. Los funcionarios estadounidenses temen que hacer esto pueda ofender a López Obrador y afectar su disposición a ayudar a reducir el creciente número de niños que llegan a la frontera”.
Para el analista, en pocas palabras Biden ha sacrificado sus principios por conveniencia dándole a López Obrador carta blanca para continuar su gobierno iliberal, a su modo de ver un precio muy caro a cambio de su cooperación. Y que esta estrategia vincula la crisis en la frontera con la crisis política en México.
“La única manera de cambiar esta situación es denunciar los abusos que ha cometido López Obrador. Como amenazar a las autoridades electorales, señalar publicaciones intelectuales o respaldar la extensión de dos años del mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia. Una decisión que sus críticos tildan de inconstitucional. Biden no debería permitir que el desorden a corto plazo en la frontera eclipse la necesidad de estabilidad a largo plazo de México”, subraya Castañeda
Fuente: The New York Times