La revancha de la izquierda le puede hacer daño a Chile. En esta nación del sur hay un sector que valora la violencia y eso es un gran problema. Conciliar a las partes en la sociedad polarizada de Chile no parece tarea fácil. Las consideraciones las hace Max Colodro, doctor en Filosofía y catedrático universitario, al presentar su ensayo Chile indócil: huellas de una confrontación histórica.
El Político
El estallido social de octubre de 2019 dejó ver la punta del iceberg del descontento de buena parte de la sociedad chilena. Aquellas lluvias trajeron estos lodos y es así como se llegó al plebiscito constitucional en 2020 y el "Apruebo" logró una amplia mayoría. Eso indica que los chilenos no quieren regirse por la Constitución heredada del régimen de Augusto Pinochet. Pero ¿está claro hacia dónde quiere ir el país? Es aquí donde la revancha de la izquierda puede hacer daño a Chile.
Una parte importante de la población anhela, seriamente y con justificada razón, un futuro mejor, con igualdad de oportunidades, un sistema previsional y de salud que abarque a toda la ciudadanía y un contrato social mejor, en líneas generales.
Del otro lado está la izquierda, cargada de frustraciones porque nunca logró sus objetivos políticos. Ese sector no es capaz de mirar hacia el futuro, sino que quiere retrotraerse en el tiempo y aplicar modelos que servían en el siglo XX, pero que en el XXI pueden llevar al retroceso. Esto es parte de lo que Max Colodro plantea en su ensayo y también en una entrevista concedida a La Tercera.
Revancha de la izquierda en Chile
"La idea de hacerle correcciones al modelo era parte de una tentativa. Pero ese otro modelo suponía volver a lógicas muy similares a los 60 y 70. Y yo creo que respondió a algo muy presente: la ilusión de que se dieron las condiciones para que la centroizquierda, la generación derrotada por el Golpe de Estado y la generación derrotada de los 80, pueda tener hoy la revancha. La tentación de la revancha le puede hacer daño al país y a la propia izquierda", explica el doctor en Filosofía.
"Lo que la centroizquierda tiene que hacer es pensar una alternativa política para este contexto y no seguir creyendo que se puede poner marcha atrás y volver a un contexto del siglo 20, porque ese contexto no va a volver. Uno de los problemas de la centroizquierda chilena es que cuando mira la crisis del capitalismo y la crisis del país ahora tiende a pensar en las recetas de la década del 60 y del 70, y no en recetas que tengan que ver con el mundo del hoy", sugiere Colodro, quien también es catedrático universitario y analista político.
Sectores interesados en la violencia y no en los acuerdos
Advierte que hay sectores que apuestan a que no se logre construir acuerdos mediante el proceso constituyente. Esos sectores prefieren generar nuevas frustraciones para relegitimar el escenario de la violencia, que es el único que les genera dividendos políticos.
"Es una amenaza real al proceso constituyente y ya lo está haciendo con un sector que está desconociendo el acuerdo. La violencia sigue siendo legitima para sectores de izquierda importantes, entre ellos el Partido Comunista y algunos actores del Frente Amplio, que no conciben la posibilidad de construir una Constitución en conjunto con la derecha", explica.
"El intento de una parte de la izquierda encabezada por el Partido Comunista de desconocer uno de los acuerdos claves del 15 de noviembre, que fue el quórum de los 2/3, devela que hay sectores que no ven este proceso Constituyente como un espacio de construcción de acuerdos sino de imposición de hegemonías".
La izquierda frustrada y revanchista
El comienzo de lo que vive Chile actualmente lo ubica el analista en el plebiscito de 1988. Fue un triunfo político y electoral sobre Pinochet, pero también evidenció que la izquierda nunca logró su meta de derrocar a la dictadura. No tuvo la fuerza ni la capacidad para hacerlo.
"Tuvimos entonces que aceptar las reglas del juego para participar en la lógica del plebiscito y eso supuso aceptar una transición pactada, aceptando senadores designados, comandantes en jefe inamovibles, aceptando que Pinochet iba a jugar un rol central durante 8 años como comandante en jefe del Ejército y que el año 98 iba a asumir como senador vitalicio. Si después no siguió como senador fue gracias a las cortes en Londres y en España y no a lo que hicimos en Chile", así describe Colodro lo vivido.
"La centroizquierda tuvo que aceptar condiciones dolorosas, y esas frustraciones surgen con mucha fuerza el año 2010, cuando descubre que este país que ha administrado y construido durante 20 años termina haciendo posible que los partidarios de la dictadura ganen elecciones en democracia con mayoría absoluta. Y ese golpe emocional, traumático, explica buena parte de la tensión de la última década en Chile", detalla el analista. Todo eso explica las razones por las que la izquierda busca revancha y puede hacer daño a Chile.
Con información de La Tercera.