El tema del cobro de un impuesto a los servicios digitales vuelve a estar sobre la mesa en medio de temores de que un acuerdo para implementar un Impuesto Mínimo Global no se implemente.
Mario A. Beroes R./El Político
En 2021, un grupo de 140 naciones acordó implementar un gravamen efectivo del 15 % para las principales multinacionales, independientemente de dónde tengan su sede, lo que hace menos ventajoso trasladar las operaciones a países con tasas impositivas más bajas.
Por ejemplo, una empresa en línea que no tiene presencia física en un país, pero tiene ventas significativas allí a través de publicidad digital, estaría obligada a pagar algunos impuestos al gobierno de esa nación.
En EEUU
El presidente Biden y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, están de acuerdo con el Impuesto Mínimo Global, pero enfrentan desafíos para lograr que el acuerdo sea aprobado por el Congreso.
Los cambios podrían requerir que el Senado modifique los tratados fiscales existentes, lo que requeriría una votación de dos tercios y al menos algo de apoyo republicano.
Los republicanos ya han expresado su oposición a cualquier aumento de impuestos, especialmente en el entorno económico actual, mientras que algunos legisladores han condenado la idea de ceder autoridad fiscal a otros gobiernos.
Unión Europea (UE), sin un acuerdo concreto
"Realmente no puedo decir si vamos a esperar seis o nueve meses más, pero creo que cuanto más tarden estas negociaciones, menor será la posibilidad de llegar a un acuerdo", dijo Zbynek Stanjura, director financiero. ministro de la República Checa, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la UE.
"Si no somos capaces de llegar a un acuerdo a medio o largo plazo, entonces Europa volverá a hablar sobre el impuesto digital".
Perspectivas
Es probable que cualquier regreso unilateral a un impuesto sobre servicios digitales provoque tensiones comerciales con EE. UU. en un momento en que las partes menos pueden permitírselo.
Según el plan anterior de la UE, los gigantes tecnológicos como Apple, Google, Meta y Amazon enfrentarían una serie de impuestos digitales separados de múltiples países, para servicios de mercado y publicidad en línea, que se basaría en un umbral de ingresos anuales.
Muchos advierten que esto haría que hacer negocios fuera menos competitivo a nivel internacional que un Impuesto Mínimo Global, complicaría las cosas al pagar diferentes impuestos en cada país e incluso podría pasar a las pequeñas empresas y consumidores locales que usan sus plataformas.