La Fiscalía federal de Miami acusó a la ex tesorera venezolana (2011-2013) Claudia Patricia Díaz Guillén y a su esposo, Adrián José Velásquez Figueroa, de participar en un esquema de corrupción que incluyó lavado de dinero, un mil millonario intercambio de divisas y pago de sobornos.
El Político
La acusación, anunciada mediante una nota del Departamento de Justicia de Estados Unidos este 16 de diciembre; es una ampliación de la causa contra otro venezolano: el empresario y dueño del canal Globovisión Raúl Gorrín, quien fue acusado de lavado de dinero y sobornos en noviembre de 2018.
Hoy se conoce, según el documento, que entre 2008 y 2017 la Oficina del Tesoro en Venezuela se prestó para sobornos; como ente encargado del férreo control de divisa extranjera que opera en Venezuela desde 2003, reportó Univisión.
Los documentos de acusación revelan que los sobornos a Gorrín se iniciaron cuando Alejandro Andrade era el Tesorero de la nación; Andrade fue condenado a 10 años de prisión en Estados Unidos.
Esquema de corrupción
La documentación también revela que fue Andrade quien presentó a Gorrín a su sucesora en el puesto de ex tesorera; Claudia Díaz, quien continuaría con el esquema de corrupción.
Consistía en beneficiar a Gorrín con bonos preferenciales con dólar a precio muy bajo que luego podía vender en el mercado libre; fuera de Venezuela, lo que le daba unos dividendos altísimos por la gran diferencia cambiaria.
Como pago por el favor, Gorrín giraba transferencias a las cuentas de Díaz y su esposo Velásquez desde bancos que la investigación demostró que operaban en Suiza, Panamá y Miami.
En algunas ocasiones para compra de yates, como en el pasado se dirigieron para la compra de caballos de Andrade o el pago de veterinarios.
Varias transacciones
El 18 de junio de 2012 o alrededor de esa fecha, la ex tesorera hizo una transferencia de un bono del Tesoro Nacional de Venezuela a la cuenta bancaria de la ‘Compañía 1’ en Suiza; y el banco informó a Raúl Gorrín Belisario que la transferencia fue confirmada y que la persona de contacto es Claudia Díaz.
El 25 de octubre de 2012 o alrededor de esa fecha, Raúl Gorrín Belisario envió un correo electrónico con el título: $485,000 a uno de sus empleados y socios comerciales; con instrucciones para hacer transferencia desde la cuenta bancaria de la ‘Compañía 1’ ubicada en Suiza para pagar a la cuenta bancaria de una empresa de yates, e indicó: "Por favor, haga la transferencia y cárguela a AV".
El 29 de octubre de 2012 o alrededor de esa fecha, Raúl Gorrín Belisario hizo el pago de los $485,000 que se transfirieron desde la cuenta bancaria de la Compañía en Suiza a la empresa de yates ubicada en el Distrito Sur de Florida para el beneficio de la ex tesorera y Adrián José Velásquez Figueroa.
Muchas más
El 13 de noviembre de 2012 o alrededor de esa fecha, Raúl Gorrín Belisario autorizó un pago de $4.35 millones que para transferir desde la cuenta bancaria de la ‘Compañía 1’ en Suiza a la misma cuenta bancaria de la compañía de yates en el Distrito Sur de Florida en relación con la compra de un yate para el beneficio de Claudia Patricia Díaz Guillén y Adrián José Velásquez Figueroa.
El 15 de marzo de 2013 o alrededor de esa fecha, Raúl Gorrín Belisario autorizó el pago de $281,051 para transferir desde la cuenta bancaria de la ‘Compañía 1’ en Suiza a la cuenta bancaria de la empresa de yates en el Distrito Sur de Florida en relación con la compra de un yate a beneficio de Claudia Patricia Díaz Guillén y Adrián José Velásquez Figueroa.
El 17 de mayo de 2013 o alrededor de esa fecha, Raúl Gorrín Belisario giró 4 millones de dólares para transferir desde la cuenta bancaria de la ‘Compañía 2’ ubicada en Suiza a una cuenta bancaria en el Distrito Sur de Florida administrada por una empresa de moda propiedad de y para el beneficio de Claudia Patricia Díaz Guillén y Adrián José Velásquez Figueroa.
Gorrín principal actor
El documento dice que Gorrín cubría gastos para Andrade, Guillén y su esposo Velásquez que incluían relojes; mansiones, caballos, una línea de diseño de ropa, yates y viajes privados.
También recibía facturas por algunos de ellos, incluso vía correo electrónico.
Se puede leer además en la acusación que Gorrín pedía a sus empleados que llevaran una hoja de cálculo para el control de los pagos de estos sobornos; incluso los que le hacía a Guillén a través de su esposo.