La situación de la economía y las finanzas en EEUU no es la mejor, y ese "secreto a voces" lo lo saben tanto autoridades gubernamentales como dueños, presidentes y gerentes de entidades bancarias y financieras. Y es tan así, que la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, advierte del impacto "catastrófico" que tendría en Estados Unidos un impago de la deuda.
El Político
Pero incluso si Washington evita el desastre y eleva el techo de la deuda, que es casi seguro, es probable que el sistema financiero estadounidense y la misma economía que maneja el presidente Joe Biden, se resienta…y bastante.
El por qué del problema, o cómo se llegó a esto
Las instituciones financieras, que ya se tambalean por la quiebra de tres entidades regionales en marzo, no ha podido detener la fuga de depósitos, lo que ha sacado a relucir las enormes deficiencias del sistema bancario y de las autoridades en conjunto.
Además, cuando el Tesoro aumente los préstamos se mermará mermará la capacidad para conceder préstamos a empresas y consumidores, especialmente si se suma a la presión que están sintiendo los bancos por la agresiva campaña de subidas de tipos de interés de la Reserva Federal (Fed).
La amenaza de más turbulencias bancarias aumenta las posibilidades de que la economía entre en recesión de cara al año de las elecciones presidenciales, lo que supone un reto para Biden en su campaña para un segundo mandato.
"Incluso si asumimos que la historia se repite y el límite de deuda se eleva en el último minuto, los riesgos actuales en el sistema bancario se amplificarán", escribió en una nota a sus clientes, Seth Carpenter, economista y jefe global de Morgan Stanley y ex funcionario tanto del Tesoro como de la Reserva Federal.
Aquí es donde residirán los peligros, incluso si el acuerdo entre Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se aprueba en ambas cámaras del Congreso.
Una vez que se permita al Tesoro emitir más deuda para pagar las facturas del Gobierno, tendrá que aumentar rápidamente el endeudamiento, que se prevé en cientos de miles de millones de dólares, para volver a llenar sus arcas.
Las arcas del Tesoro han disminuido porque ha tenido que seguir pagando con "medidas extraordinarias" para evitar el impago sin poder emitir más deuda.
Banca a prueba
Esa oferta de nuevos títulos públicos en el mercado podría poner a prueba a los bancos de dos maneras.
En primer lugar, aumentará la competencia al animar a las empresas y los hogares a invertir en deuda estadounidense en lugar de mantener depósitos en los bancos, donde obtendrán rendimientos comparativamente más bajos.
Si los bancos se ven obligados a subir los tipos de interés para seguir atrayendo a los depositantes, sus márgenes de beneficio se reducirán y los tipos podrían subir aún más en todo tipo de préstamos al consumo y a las empresas que conceden.
En segundo lugar, una avalancha de préstamos del gobierno estadounidense disminuirá la cantidad total de reservas a las que los bancos tienen acceso en la Reserva Federal, lo que de hecho succionará dinero del sistema financiero, presionando aún más al alza los tipos.
Una disminución de las reservas bancarias plantea la posibilidad de perturbaciones dolorosas en los mercados que sirven como fuentes cruciales de financiación a un día para las empresas de corretaje, fondos de cobertura y otras instituciones financieras, ya que los bancos podrían ser más tacaños con el efectivo que poseen.
El comité del sector privado que asesora al Tesoro sobre su endeudamiento estimó que el departamento podría emitir al menos 600.000 millones de dólares en deuda en los próximos tres meses sin causar demasiadas perturbaciones, pero "los operadores animaron al Tesoro a ser sensible a los posibles indicadores de tensión en el mercado de deuda pública a corto plazo, a la hora de reponer su saldo de caja".
¿Otra subida de las tasas?
Los analistas de Bank of America estimaron que un mayor endeudamiento del Gobierno estadounidense podría equivaler a otra subida de los tipos de interés de un cuarto de punto porcentual, o incluso más, en los mercados de financiación.
Señalaron que, después de que se elevara el límite de deuda en 2021, el Tesoro pidió prestados casi 700.000 millones de dólares en menos de dos meses.
Todo esto sucede en un contexto de largo impulso de la Fed para elevar los costos de endeudamiento y reducir sus tenencias de bonos, tras años de compra de billones de deuda pública estadounidense, un proceso que inundó el sistema de reservas para impulsar la economía.
Ahora, con la inflación en niveles elevados, el banco central pretende retirar parte de esas reservas del sistema, aunque no está claro si los planes de endeudamiento del Tesoro interferirán con ese objetivo.
Una gran pregunta es si los bancos se verán obligados a subir los tipos que pagan a los depositantes. Si lo hacen, sus costos de financiación se encarecerán.
Pero si no lo hacen, podrían tener menos financiación barata con la que trabajar, ya que el efectivo fluiría hacia otros lugares.
Hasta ahora, los tipos de interés de los depósitos se han mantenido bajos en muchas instituciones financieras, a pesar de que los bancos ya han tenido que hacer frente a la competencia durante el año pasado.
Los fondos de inversión del mercado monetario han optado por depositar más de 2 billones de dólares en la Reserva Federal, en lugar de en los bancos, ya que el banco central ha aumentado los tipos que ofrece.
De hecho, gran parte de la financiación que recaude el Tesoro podría proceder de ese fondo de dinero, en lugar de drenar las reservas de los bancos, lo que podría disminuir el impacto del endeudamiento público.