Varias organizaciones de activistas solicitaron esta semana al presidente Barack Obama que anule de manera definitiva un programa especial de registro de musulmanes.
Temen que pueda servir al presidente electo Donald Trump como herramienta para la creación de un registro de musulmanes, algo que el republicano ha sugerido a lo largo de la campaña electoral.
El programa, conocido como el Sistema de Registro de Seguridad Nacional Entrada-Salida (NSEERS, por sus siglas en inglés), fue diseñado por la administración del expresidente George W. Bush tras los atentados del 11-S, llevados a cabo por Al-Qaeda en 2001.
El objetivo era “un control más cercano de ciertos individuos” que fueran “hombres, de 16 años o mayores, y procedentes de 25 países de mayoría musulmana”, según detalló en 2002 el Departamento de Inmigración, que ahora forma parte del Departamento de Seguridad Nacional. El proceso para registrarse incluyó la toma de huellas dactilares y fotografías de los individuos, así como un extenso proceso de interrogación.
NSEERS permitió al Gobierno registrar a 83.000 hombres musulmanes, 13.000 de los cuales fueron puestos bajo procedimientos para ser deportados, según explicaron líderes de varias organizaciones activistas este lunes en Washington, entre las estaba la American Civil Liberties Union (ACLU, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones más activas en el ámbito nacional en la defensa de los derechos de los ciudadanos. Ninguna persona a quien se obligó a registrarse en NSEERS demostró haber tenido vínculos con algún grupo terrorista.
Obama congeló el programa en 2011, pero la estructura y los mecanismos que permiten su implementación siguen existiendo. Lo único que hizo el presidente actual fue vaciar de contenido la ley. Es decir, retiró las 25 ciudadanías afectadas por el programa. Pero la estructura del mismo siguió vigente. La ley sigue en efecto, simplemente no hay nadie a quien se pueda aplicar.
Joanne Lin, de ACLU, lo explica de otra manera: “Imagínese una estantería”, dice en una conversación telefónica, “Obama la vació de libros, pero dejó el mueble. La próxima administración podría rellenarla de libros de nuevo”. Si Trump quisiera cumplir con su idea de crear un registro para musulmanes sólo tendría que elaborar la lista de países de procedencia de los individuos que quisiera controlar, y el programa se podría activar del día a la mañana cuando el ejecutivo lo desee.
Más de 300.000 personas han firmado la petición para que Obama anule de manera completa el sistema antes de que abandone la Casa Blanca.
A lo largo de la campaña, Trump ha desplegado una retórica xenófoba y racista. Además de proponer un registro para musulmanes, el presidente electo Trump se está rodeando de políticos acusados de manifestaciones racistas, como el nominado para el cargo de fiscal general, Jeff Sessions, o el asesor del presidente-electo Steve Bannon.
Desde la elección de Trump a la Casa Blanca, los crímenes de odio contra minorías se han disparado: según la organización Southern Poverty Law Center, en los diez días siguientes a la victoria del republicano se registraron 900 ataques racistas por todo el país.
Con información de El País