Una treintena de activistas trataron de cortar el acceso a la nueva sede de la OTAN en Bruselas, sólo una hora y media antes de que el presidente estadounidense, Donald Trump, llegara al edificio de la Alianza Atlántica.
Los activistas, que formaban parte de la iniciativa Stop NATO, se tumbaron boca arriba y unieron sus brazos bajo unas juntas en forma de tubería, lo que requirió a la policía un tiempo para separarlas, según informa el diario "Le Soir".
Alrededor de las 14.30 horas (12.30 GMT), los manifestantes se concentraron en la intersección del bulevar Leopoldo III y la avenida Jules Bordet Evere y dificultaron el acceso de los periodistas a la sede de la Alianza.
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El objetivo de los activistas era retrasar la llegada de las delegaciones y así interrumpir el inicio de la reunión de la OTAN, a la que asistieron los jefes de Estado y de Gobierno de 28 países miembros, incluido el presidente estadounidense, Donald Trump.
La Policía detuvo a varios manifestantes con narices de payaso en las inmediaciones de la nueva sede de la OTAN.
La organización Stop NATO participó ayer en Bruselas en la marcha de protesta contra la OTAN y la presencia de Trump, y durante la jornada de hoy organizó una "contracumbre" de conferencias en oposición a la militarización y como respuesta a dicha reunión.
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Además, en su página web "invitaba" a la gente a llevar a cabo "acciones no violentas" para entorpecer el desarrollo normal de la cumbre.
La capital belga se blindó para proporcionar máxima seguridad a la cumbre y el Centro de Crisis del Ministerio belga del Interior movilizó a más de 4.000 policías federales y locales, a los que apoyaron un centenar de agentes luxemburgueses y un equipo de holandeses para supervisar el tráfico aéreo, dispositivo que ha contado con águilas entrenadas para derribar drones.
Fuente: EFE