La hermana del opositor cubano, José Daniel Ferrer, Ana Belkis, señaló que los testigos que fueron citados para testificar en el juicio de su pariente lo vieron desmejorado y «muy delgado». La audiencia duró algo más de 13 horas, según difundió abc
El Político
Belkis precisó que fueron cinco los testigos citados a declarar en favor de Ferrer, y los otros tres activistas detenidos –Fernando González Vaillant, Roilán Zárraga Ferrer y José Pupo Pacheco–. Entre ellos, se encontraba Ebert Hidalgo Cruz, que el domingo fue detenido junto a su hijo y amenazado por agentes de la Seguridad del Estado con ser encarcelado si declaraba en favor de Ferrer. A pesar de ello, lo hizo ayer, aunque «apenas lo dejaron hablar porque dijo que la esposa de Sergio [el hombre que acusa a Ferrer de haberle retenido y causado lesiones] dio testimonio de que se cayó de una moto y fue presionado por agentes de la Seguridad del Estado para decir que había sido mi hermano», explica Ana Belkis.
Un dato a considerar es que el juicio comenzó a las nueve de la mañana en el Tribunal Municipal de Santiago de Cuba y concluyó pasadas las 10 de la noche, José Daniel. Sin embargo, el acusado «apenas pudo hablar», ya que «no dejaban de interrumpirle». Eso no le impidió, según la información que ha obtenido Ana Belkis de familiares cercanos a Ebert Hidalgo, encararse contra el juez al que recriminó «porque no estaba prestando la debida atención a los testigos y estaba tergiversando lo que declaraban». Cuando tuvo oportunidad, Ferrer también acusó a la dictadura «por mentir, calumniar, asaltar el lugar donde vive y saquearlo constantemente». Y «por torturas y golpizas» que ha sufrido desde que fue detenido el pasado 1 octubre.
Pese al hecho de que se trataba de un juicio público, ningún observador internacional tuvo acceso para garantizar la transparencia de un proceso lleno de irregularidades –pruebas fabricadas y testimonios falsos–, que el régimen ha sentenciado ya.
Así quedó demostrado demostrado con un tuit colgado ayer –y posteriormente borrado– por el Ministerio de Justicia de Cuba, En él afirmaba que Ferrer iba a tener «un juicio justo en el cual se le garantizaría su debido proceso, más de lo que tuvo el hombre que secuestró propinándole una severa golpiza. Es un delincuente común, no un preso político».
Con información de: abc