La activista cubana Liset María Santos denunció en un video publicado por la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) que durante su arresto, el pasado sábado 14 de enero, fue amenazada por agentes de la Seguridad del Estado con ser abusada sexualmente si no colaboraba con el régimen.
Santos, residente en el poblado santiaguero de Palmarito de Cauto, fue detenida cuando se dirigía al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre para participar en el acto fundacional del recién creado Movimiento Dignidad, explica en el video Carlos Amel Oliva, líder juvenil de UNPACU.
La activista dijo que fue conducida a la estación policial del municipio Mella, donde luego de seis horas detenida, uno de los agentes que identifica como “Marcos” la llevó a una oficina donde se encontraba otro agente, que responde al nombre de “Pagán”, y allí comenzó la pesadilla.
“Primero me dio la noticia de que el hombre que me había violado cuando yo tenía 11 años estaba suelto”, dijo Santos. Según la activista, los agentes del gobierno la habían amenazado durante detenciones anteriores con liberar a su victimario si ella no tomaba la decisión de separarse de la filas de la oposición.
La joven, explica Oliva, fue violada cuando niña por un individuo que fue condenado a 34 años de privación de libertad por ese delito y otros como hurto y sacrificio de ganado vacuno, pero no cumplió en prisión ni la mitad de la causa.
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Santos afirma que los agentes le propusieron “trabajar para ellos, y que si yo les daba todos los contactos y los detalles de los viajes que yo hacía” entonces podrían incluso “matar” a su violador. Pero si la joven se rehusaba a colaborar debía atenerse a las consecuencias.
“Me dijeron: ‘piénsalo, tú tienes dos niños, y uno de ellos es una niña’”, señaló Santos.
Oliva denuncia en el video el abuso psicológico al que fue sometida Santos, como mujer y madre, por parte de los agentes de la Seguridad del Estado, y destaca que la actitud de los mismos contrasta con el simposio sobre violencia de género que tuvo lugar en La Habana la pasada semana, organizado por el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX).
Las opositoras, al parecer excluidas de la agenda oficial de violencia de género, son a menudo golpeadas y abusadas física y psicológicamente por los agentes del régimen durante las detenciones arbitrarias. Fue también el caso de Santos.
Durante el arresto “me sacaron a rastras del carro, me golpearon y me rompieron toda la ropa”, indica la joven. El abuso fue perpetrado por “un oficial de la Policía Nacional Revolucionaria, que me amenazó con hacerle daño a mis hijos y a mi familia, y que la próxima vez me iba a matar”, relató.
Oliva explica que el caso de Santos no es aislado, otras activistas de la oposición, como la periodista independiente Liudmila Sedeño, que han sido víctimas de situaciones y amenazas similares.
Santos dijo que no cederá a los chantajes de la policía política, e hizo responsables a los agentes que la amenazaron con lo que le pueda pasar a ella o a su familia.
Con información de: Martínoticias