Hoy, 20 de marzo, se cumple un mes desde la desaparición forzosa del periodista venezolano Rory Branker, trabajador del portal de noticias La Patilla, quien fue detenido el pasado 20 de febrero por funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro. A pesar del tiempo transcurrido, sus familiares, amigos y colegas siguen sin conocer su paradero o sus condiciones de salud, lo que genera una profunda angustia y preocupación.
Desde su detención, la única mención oficial sobre su situación fue hecha por el ministro Diosdado Cabello en su programa "Con el Mazo Dando" el 26 de febrero. Sin embargo, esta declaración no ha sido respaldada con información concreta sobre su paradero o su estado de salud, y las autoridades han mantenido un silencio cómplice que solo aumenta la desesperación de quienes lo buscan.
Durante este mes de angustia, familiares y amigos de Rory han alzado la voz de la mano de medios de comunicación nacionales e internacionales, activistas, defensores de presos políticos, ONGs, el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP). Junto a ellos, han exigido respuestas claras y concretas sobre su paradero y su estado de salud, así como su liberación inmediata.
Familiares ante la incertidumbre
La madre de Rory, Cheryl Ann Branker, ha expresado públicamente su desesperación, además ha asistido incansablemente, junto con otros familiares, a los distintos centros de detención, fiscalía, tribunales y sedes de inteligencia, donde, tras largas esperas, les han negado que Rory se encuentre allí. Estas respuestas evasivas y la falta de transparencia por parte de las autoridades solo profundizan la incertidumbre y el dolor de quienes lo buscan.
El caso de Rory Branker no es aislado. Se enmarca en una serie de acciones contra periodistas en Venezuela, donde al menos trece comunicadores permanecen detenidos, según el SNTP. Organizaciones de derechos humanos y el periodístas han denunciado estas acciones como parte de una sistemática violación a la libertad de expresión en el país.
Rory no es solo un nombre en una lista de detenidos; es un hijo, un amigo, un compañero y un ser humano que merece ser encontrado y devuelto a los brazos de quienes lo necesitan.
Hoy, a un mes de su desaparición, la exigencia de justicia y verdad se hace más urgente. La búsqueda de Rory y la exigencia del respeto por el debido proceso no cesarán.
Seguiremos alzando la voz, movilizándonos y exigiendo respuestas claras. La pregunta sigue en el aire: ¿Dónde está Rory Branker? Sus familiares y amigos merecen respuestas claras y concretas.
La liberación de Rory no solo es un acto de justicia, sino un paso necesario para defender la libertad de prensa y los derechos humanos en Venezuela.
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