“El coronavirus es una bestia no vista antes, que se lleva por delante todo lo que se encuentra por el camino”, apuntó el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, en el discurso con el que dio inicio la teleconferencia.
El Político
34 días después de la sonora ruptura entre Arabia Saudí y Rusia, segundo y tercer máximos productores mundiales de crudo, han alcanzado este jueves un acuerdo para aplicar un severo tijeretazo sobre la oferta de hasta 10 millones de barriles diarios. A esa cifra habrá que sumar otros cinco millones procedentes de productores externos, como Estados Unidos, con el objetivo de poner coto a la reciente sangría de precios. El pacto pone de manifiesto que, por más que puedan resistirlo unas semanas más, a nadie le interesa un brent en 30 dólares y, menos aún, en los aledaños de los 20 dólares, hasta donde ha llegado a caer en el tramo final de marzo.
Y augura una mayor estabilidad futura para unos países productores que, en algunos casos, ya se estaban viendo obligados a vender por debajo de coste ante una demanda mundial que ha caído más de un 30% desde que la globalización de la pandemia.
Sin embargo, el mercado, que respondió inicialmente con fuertes subidas, fue tiñéndose de rojo a medida que se imponía la tesis de que el movimiento, aun grueso, será insuficiente para reequilibrar un mercado profundamente desequilibrado.
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El acuerdo entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP, liderada de facto por Arabia Saudí) supondrá la retirada gradual del mercado de algo más de la décima parte de la producción mundial crudo, una cifra sustancial en un momento en el que oferta y demanda están más descompensadas que nunca antes. . “Los fundamentales de oferta y demanda son horrorosos".
La guerra de precios entre potencias petroleras toca a su fin, por ahora