Miles de cariocas y turistas se tomaron el pasado viernes las calles de Río de Janeiro para disfrutar del carnaval sin esperar que su alcalde, el obispo evangélico Marcelo Crivella, le entregara las llaves de la ciudad al rey Momo y diera por iniciado oficialmente los cinco días de fiestas carnestolendas.
Mucho antes de una inusual y triste ceremonia de entrega simbólica de las llaves de la ciudad, en la que ni Crivella ni ningún representante de la Alcaldía apareció, los blocos (comparsas) comenzaron a desfilar por diferentes calles de Río de Janeiro y a arrastrar multitudes para una fiesta que debe prolongarse hasta el miércoles de ceniza.
Pese a que el rey Momo tradicionalmente recibía las llaves de Río en la mañana del viernes de Carnaval en una pomposa ceremonia celebrada en el Palacio de la Ciudad -sede de la Alcaldía- animada por decenas de músicos de las escuelas de samba, la llegada de un líder evangélico al Gobierno municipal este año cambió la tradición.
Crivella es obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, una agrupación evangélica que recomienda a sus fieles huir de las "tentaciones" del Carnaval, y desde hacía varias semanas había dejado en duda su participación en la fiesta.
La Alcaldía se abstuvo de convocar a la prensa para la ceremonia de "coronación" del rey Momo y ni programó hora ni lugar, pero filtró a algunos periodistas que sería en el Sambódromo a las 18.00 hora local (21.00 GMT).
A esa hora tan sólo aparecieron en el Sambódromo los hijos de Candonga, responsables por la custodia de las llaves simbólicas de la ciudad desde la década de 1970, para anunciar que estaban dando por inaugurado el reinado de Momo.
Pero en el Sambódromo, por donde esta noche comienzan a desfilar las famosas escuelas de samba, a pocos minutos del comienzo de la fiesta no habían aparecido ni Crivella para entregar las llaves ni el rey Momo para recibirlas.
"Lo importante es que entregamos las llaves", dijo María Cristina Silva de Jesús, la hija de Candonga, sin ocultar su desánimo ni su perplejidad por la triste ceremonia de inauguración del carnaval.
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"Es la primera vez que la ceremonia se hace en el Sambódromo", dijo por su parte Mauricio Jorge de Jesús, otro de los descendientes de José Geraldo de Jesús, un antiguo funcionario de la alcaldía conocido como Candonga y quien por muchos años, antes de morir y de legarle la tradición a sus hijos en 1997, fue el principal responsable por organizar los desfiles de carnaval de Río.
Los hijos de Candonga dijeron que, como nadie los llamó de la Alcaldía para darles instrucciones, decidieron acudir a un Sambódromo aún ultimando los detalles para los desfiles de esta noche, para entregar las llaves y dar por abiertas las fiestas.
Ajenos a la inauguración oficial del carnaval, un acto totalmente burocrático y simbólico en una ciudad que lleva más de un mes de festejos, los cariocas salieron desde temprano a las calles para bailar y cantar detrás de los veinte blocos que tenían desfiles programados para este viernes.
El primero en tocar sus tambores fue el bloco de las Carmelitas, que poco después del mediodía ya recorría las laderas del bucólico y bohemio barrio de Santa Teresa para alegrar a cerca de 10.000 personas que se apiñaron detrás de los músicos.
Muchos iban disfrazados de monja para recordar a las hermanas carmelitas que supuestamente se volaban de su convento en Santa Teresa saltando un muro para no perderse las fiestas de Carnaval.
Los juerguistas que acudieron al desfile del bloco de las Carmelitas repitieron hasta el cansancio la samba compuesta por la comparsa este año con duras críticas al Gobierno y al aumento del pasaje del tranvía eléctrico que sirve de transporte a los habitantes de Santa Teresa.
La presencia masiva de cariocas en los blocos fue garantizada por la decisión de escuelas y universidades de no abrir sus puertas este viernes y de algunas empresas de anticipar la salida de los empleados, a los que sólo volverán a ver en la tarde del miércoles, para que pudieran comenzar a aprovechar el carnaval.
Otras comparsas que animaron el carnaval este viernes en Río de Janeiro fueron "Dragones de la Riachuelo", "Comparsa de los Jubilados", "Embajadores de la Juerga" y el neófito "Bloco Popular Fuera Temer", que reúne grupos de mujeres, negros y homosexuales críticos del Gobierno del presidente brasileño, Michel Temer.
Hasta el próximo domingo está previsto que unos 578 blocos desfilen por todos los barrios de Río de Janeiro, entre los cuales el popular "Bola Preta", que se espera que reúna hasta un millón de personas este sábado.
Así como Río de Janeiro, otras ciudades brasileñas famosas por sus fiestas de carnaval también estaban de fiesta desde este viernes.
En Recife, la capital del estado de Pernambuco, el rey Momo recibió las llaves de la ciudad en la tarde de este viernes en una ceremonia animada por cerca de 600 músicos de maracatú, un ritmo de origen africano y que rindió homenaje al percusionista Naná Vasconcelos, quien falleció hace casi un año.
El Sambódromo Anhembí de Sao Paulo, el segundo mayor del país, espera también en la noche del viernes y la madrugada del sábado la primera jornada de desfiles de las escuelas de samba que engalanan el Carnaval en la más poblada ciudad brasileña.
Con información de EFE