Los ecuatorianos deciden este domingo entre la continuidad del modelo de Socialismo del Siglo XXI, que lleva diez años en el poder, y las propuestas de una oposición fraccionada, pero convencida de que tiene posibilidades de gobernar si las elecciones llegan a segunda vuelta.
Las propuestas del oficialismo son defendidas ahora por el exvicepresidente Lenin Moreno, quien aspira a suceder en la Presidencia a su compañero de filas Rafael Correa, ya que el mandatario planea apartarse de la política ecuatoriana y marcharse a vivir a Bélgica, el país de origen de su esposa, Anne Malherbe.
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El modelo gubernamental, al que Moreno asegura que pretende imprimir un estilo propio, se conoce como la Revolución Ciudadana y es un proyecto izquierdista que busca la equidad, la erradicación de la pobreza y un bienestar social en el que el ser humano esté "por encima del capital" y en el que se terminen los privilegios solo para los ricos.
El Ejecutivo quiere con ello avanzar en los que considera sus logros, como la creación de escuelas, hospitales públicos y grandes infraestructuras viales y energéticas, junto a la elaboración, en lo económico, de productos con valor añadido y el impulso al conocimiento y al talento humano, además de reducir la dependencia del petróleo.
Tiene enfrente a una oposición que, pese a estar fragmentada desde hace años, se une en el deseo de ver fuera del poder al "Correismo" y confía en que las encuestas acierten al vaticinar que será necesaria una segunda vuelta para elegir al próximo presidente.
En el amplio abanico de tendencias que representan los siete candidatos de oposición figuran socialdemócratas, conservadores, socialcristianos, independientes y populistas.
Medidas sobre creación de empleo, lucha contra la corrupción, erradicación de la pobreza, combate a la droga y libertad de expresión han sido expuestas por todos los candidatos en campaña.
El candidato del movimiento oficialista Alianza País (AP) habla de una "cirugía mayor" contra la corrupción y ofrece crear 250.000 puestos de trabajo al año, así como acciones para erradicar la desnutrición infantil y la construcción de 40 universidades técnicas.
La mayoría de encuestas sitúan en segundo lugar en intención de voto al exbanquero Guillermo Lasso, líder del movimiento conservador CREO, quien propone la eliminación de catorce impuestos, la creación de un millón de empleos y la supresión de la ley de comunicación.
En esa medida coincide con Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano (PSC), quien sigue a Lasso en la mayoría de encuestas y aboga, además, por construir viviendas para pobres, exonerar de deudas a campesinos y atraer inversión privada.
Tras ellos se sitúa el exalcalde de Quito y general retirado Paco Moncayo, de la socialdemócrata Izquierda Democrática, partidario de fomentar la obra pública para crear hasta 285.000 empleos y de acometer una regeneración del sistema que permita la independencia de las instituciones.
Por debajo de estos candidatos se sitúa el resto de ellos, entre los que figura el populista Abdalá "Dalo" Bucaram, hijo del expresidente Abdalá Bucaram y candidato de Fuerza Ecuador, quien propugna ventajas fiscales a las empresas que generen empleo en beneficio de sectores vulnerables y una Comisión de la Verdad para investigar la corrupción.
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También en una línea populista se sitúa el candidato del Partido Sociedad Patriótica (PSP), Patricio Zuquilanda, quien plantea medidas como eliminar la compra de armas, establecer la figura de los "jueces sin rostro" contra la corrupción e impulsar la energía solar, entre otras.
El más joven de los postulantes, el independiente Iván Espinel, de 33 años, líder de Compromiso Social, defiende una "ley bisturí" contra la corrupción y una consulta popular sobre la pena de muerte para casos de violación de menores y asesinato.
El independiente Washington Pesántez, exfiscal y candidato de Unión Ecuatoriana, propone convocar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva Carta Magna e instaurar un sistema de trabajo por horas, además de aplicar políticas para fortalecer la agricultura y mejorar la economía.
EFE