El presidente del Consejo Electoral de Ecuador (CNE), Juan Pablo Pozo, aseguró que el órgano que lidera no permitirá "que se regale ni se quite un voto absolutamente a nadie" en las elecciones del domingo, en las que los ecuatorianos elegirán a su presidente y renovarán el Parlamento.
"La democracia es eso: respetar la voluntad de la gente" y por eso "hemos generado este sistema electoral" de tipo técnico y "le hemos presentado al país un nuevo sistema de escrutinio" en el que los votos serán contados en los recintos electorales, sin pasar por las antiguas juntas intermedias de escrutinio, dijo Pozo en entrevista con Efe.
Además, las actas se empezarán a publicar en la web del CNE tras el cierre de los centros de votación, los partidos políticos podrán tener representantes en cualquier junta receptora de voto (mesa electoral) y dispondrán de un centro de mando y control para seguir el proceso de la jornada electoral.
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"Estamos enterrando los mitos. Se ha dicho que las copias de las actas de escrutinio no van a ser públicas. No. Vamos a entregar una copia del acta a cada organización política, vamos a hacer un acta pública para que pueda tomar fotografías la prensa o los ciudadanos", indicó.
El propio CNE efectuará un recuento rápido de votos, al igual que otras dos organizaciones, y ofrecerá resultados con un margen de error no superior al 1 % a las 20.00 horas (1:00 GMT), indicó.
Tras el cierre de los centros de votación se conocerán resultados de 11 encuestas a boca de urna, comentó el responsable del CNE, quien recordó que 22 empresas se registraron para efectuar encuestas cuyos resultados pudieron ser difundidos hasta el 8 de febrero.
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"Algunas organizaciones políticas han dicho ‘vamos a generar un ejército de control electoral’. Bienvenido el ejército. Que se acredite ante el Consejo" y envíe sus representantes a los recintos electorales, manifestó.
Ante acusaciones de que el registro electoral cuenta con más de 1,5 millones de personas inscritas de forma irregular, Pozo negó esas afirmaciones.
Las denuncias, según dijo, parten de una proyección poblacional que en 2010 calculó que el registro electoral debería contar en 2017 con 11.300.000 personas mayores de 16 años (edad mínima para votar) y el número actual de votantes es de 12,8 millones.
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Para Pozo es "inconcebible" que se haya querido "comparar una proyección poblacional basándose en un dato de 2010″ con un registro de 2017, donde constan "nombres, apellidos y números de cédulas".
La denuncia, en su opinión, obedece a una estrategia que busca crear en el país una imagen "de cuartos oscuros" y difundir la idea de que "aquí no se va a respetar la voluntad de la gente".
"Pero yo creo que los ciudadanos al final se darán cuenta" de la debilidad de este tipo de acusaciones.
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Pozo, por otro lado, recordó que el registro electoral no lo elabora el CNE, sino el Registro Civil, que fue auditado en febrero del año pasado por el órgano electoral y presentaba inconsistencias menores al 1 %, por lo que "está absolutamente dentro de los márgenes internacionales" para estos casos.
El presidente del CNE, quien ha sido acusado de falta de imparcialidad por algunos partidos de oposición, recibió pitos y abucheos en varios de los actos públicos de inscripción de candidaturas.
Con información de EFE