España está entre los países europeos donde menos ha subido el salario mínimo interprofesional (SMI) desde el comienzo de la crisis. Según datos publicados este por Eurostat, Madrid incrementó esta retribución un 18% desde 2008 hasta 2016, lo que la sitúa por debajo del alza experimentado en 13 de sus socios europeos. Los datos difundidos por la agencia estadística comunitaria solo abarcan 22 países, dado que otros seis Estados de la UE —Dinamarca, Italia, Chipre, Austria, Finlandia y Suecia—, no tienen salario mínimo. España es ahora el octavo país europeo con el SMI más elevado de la UE —el décimo si se tiene en cuenta el poder de compra— en una lista liderada indiscutiblemente por Luxemburgo, donde el sueldo legal más bajo es de 1.999 euros. Las cifras de Eurostat sitúan el salario mínimo español en 826 euros al mes debido a que efectúa sus cálculos en base a 12 pagas.
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El tibio avance los sueldos más bajos en España desde que la Gran Recesión hiciera tambalearse los cimientos de la economía mundial se produce a pesar de que el Gobierno del PP pactó con el PSOE el pasado diciembre una subida del 8% para 2017, la mayor en 30 años. El acuerdo supone un aumento de 52,4 euros al mes: de 655,20 euros a 707,6 en 14 pagas, pero el impulso no suple aún la débil mejora de ejercicios pasados, de apenas el 1% en 2016 o el 0,5% en 2015.
Los últimos progresos no satisfacen a los sindicatos: UGT y CC OO reclaman acercarse al entorno de los 1.000 euros, el equivalente al 60% del salario medio neto en España, el porcentaje que recomienda la Carta Social Europea. Actualmente el SMI representa el 45% del sueldo medio español, lo que sitúa el marco salarial como uno de los más desiguales de la UE. En la misma línea que las organizaciones de trabajadores, los Socialistas españoles en el Parlamento Europeo han propuesto este mismo viernes a su grupo el objetivo de que alcance el 60% del salario medio de cada Estado.
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El cuadro comunitario muestra aún las importantes divergencias en la nómina de los europeos. Ningún país del Sur o el Este supera los 1.000 euros mensuales de salario mínimo que sobrepasan ampliamente Estados como Francia, Holanda, Bélgica, Reino Unido o Irlanda. Sin embargo, los trabajadores de los países del Este, que tenían y siguen teniendo los sueldos mínimos más bajos, fueron los que más lo han incrementado en medio de las turbulencias: Bulgaria y Rumanía doblaron esta retribución desde 2008 aunque siguen estando a la cola de la UE con 235 y 275 euros respectivamente, mientras que Polonia, la gran potencia emergente de la región, lo ha aumentado un 45%.
Con información de El País de España