La ministra de Fomento en funciones, Ana Pastor, se encuentra a un paso de ser elegida mañana nueva presidenta del Congreso tras el acuerdo alcanzado por el PP y Ciudadanos para repartirse la Mesa de la Cámara y ante la ausencia -a priori- de un candidato que aglutine al resto de partidos.
De nada parecen haber servido los movimientos de última hora de Podemos para convencer al PSOE y a los independentistas catalanes de que apoyaran todos juntos a un candidato alternativo y evitaran que el PP recuperara la tercera autoridad del Estado.
Durante toda la jornada, Podemos ha intentado sin éxito que el PSOE aceptara un acuerdo de "reciprocidad" por el que ambos apoyarían mutuamente al candidato que consiguiera más votos en la primera vuelta.
Los socialistas han rechazado la oferta y han anunciado que apoyarán a su candidato, el hasta hoy presidente del Congreso, Patxi López, frente al portavoz de En Comú Podem, Xavier Doménech, propuesto por Podemos.
El partido de Pablo Iglesias admite sin embargo que si Patxi López pasa a la segunda vuelta y tienen que elegir entre el candidato socialista y Ana Pastor, "al 95 por ciento" se verán obligados a optar por el antiguo lehendakari.
Pese a ello, López tampoco podría llegar a ser presidente sin el apoyo expreso de los nacionalistas, ya que PP y Ciudadanos suman 169 votos, frente a los 156 del PSOE y Unidos Podemos.
Para liar aún más la madeja, el portavoz de CDC, Francesc Homs, también ha decidido presentar su propia candidatura como un "revulsivo" político frente a su proceso judicial.
Homs tiene nulas posibilidades de ser el próximo presidente de la Cámara porque, de momento, sólo parecen apoyarle los ocho diputados de su propio partido, con lo que ni siquiera pasaría la primera criba.
No ha desvelado eso sí, a quien votará en la segunda votación cuando sólo queden los dos más votados -probablemente Ana Pastor y Patxi López- y ha desvinculado cualquier apoyo a que su partido consiga tener grupo parlamentario propio.
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