A los 20 años el amor es como un cuento de hadas y así lo fue para Melissa Dohme, habitante de la Florida, Estados Unidos, hasta que terminó su relación. La joven recibió más de 30 puñaladas de su exnovio, pero afortunadamente sobrevivió y ahora el amor volvió a brillar en su vida.
Por Rafaela Acosta/El Político
Melissa era novia de Robert Burton, un chico que conoció en la secundaria y el cual le parecía encantador y divertido. Sin embargo, de repente el chico comenzó a cambiar cuando Dohme empezó a postularse en las universidades para conseguir su sueño de ser enfermera.
Robert se convirtió en un joven celoso que explotaba por todo y Melissa decidió terminar con él. Aunque esto no fue tarea fácil porque este le dijo que ella debía ayudarlo en vez de abandonarlo y amenazó con suicidarse si lo dejaba.
Y todo empeoró. En octubre de 2011 ella lo llevó a su casa porque él había estado bebiendo y se enfureció porque, según dijo, ella había cerrado la puerta de la casa antes de que él hubiera terminado de hablar, y empezó a golpearla.
La joven pudo huir y llamó a la policía, llegó y lo arrestó. Fue acusado de violencia doméstica y condenado a 10 horas de cárcel. Melissa pensó que finalmente no sabría más sobre él pero no estaba menos alejada de la realidad.
La tragedia
Llegó enero de 2012 y Robert Burton llamó a su exnovia a las 2 de la madrugada. La excusa era que había ido a la corte por el cargo de violencia doméstica y necesitaba cerrar esa relación; solo quería un abrazo y la dejaría tranquila para siempre.
Ella tomó su gas pimienta y el celular, pensando que con eso podría protegerse si lo necesitaba. Al llegar al lugar Burton extendió los brazos para abrazarla, pero tenía una navaja en la mano. La abrió y comenzó a apuñalarla una y otra vez.
Melissa trató de defenderse pero no pudo debido a que estaba perdiendo mucha sangre. Una joven la escuchó gritar y llamó a emergencias. Fue entonces cuando Robert agarró un cuchillo más grande, de hoja dentada, y la atacó. Quería matarla.
La ayuda
Afortunadamente un policía llegó y ella entre el dolor y alivio de que llegara alguien dijo su nombre y el de su atacante, pero ya el daño estaba hecho. Las heridas que le hizo Robert le ocasionaron u accidente cerebrovascular por la pérdida de sangre.
Tenía el cráneo y la mandíbula rotos. Su cabeza y mi nariz estaban fracturadas. Robert había cortado su nervio facial, así que el lado derecho de mi cara estaba paralizado. Le transfundieron 12 unidades de sangre.
Estuvo en terapia intensiva en el hospital durante varios días. Robert finalmente fue arrestado. La recuperación fue larga. De las 32 puñaladas, 19 estaban en la cabeza, cuello y cara, le faltaban dientes y tenía la mitad de la cara paralizada.
Pero esto no detuvo a Melissa, quien antes del accidente era estudiante universitaria y trabajaba a tiempo completo en un hospital de su localidad.
Llegó el amor
En octubre de 2012 conoció al equipo de servicios de emergencia que le salvó la vida. Uno de los bomberos, Cameron, la invitó a ella y a su mamá a cenar a la estación donde trabajaba.
Él le dio su número y le dijo: "Sabes que estamos aquí para ti". Allí comenzó todo, luego de esto ella no dejaba de pensar en él. "Me preguntaba: ¿Me siento así porque fue uno de los bomberos que me ayudó?", se cuestionaba la joven. Pero se dio cuenta de que tenían mucho en común.
Lo llamó le dijo que tenía una tarjeta de agradecimiento para el equipo. Él le dijo que fuera a la estación y terminaron hablando durante 6 horas.
Tuvieron varias citas y dos años más tarde llegó el momento… Melissa fue invitada a dar el lanzamiento inaugural en un juego de béisbol del equipo Tampa Bay Rays, en reconocimiento a su trabajo en las escuelas para alertar sobre las relaciones violentas.
Ella estaba en el campo, pero no tenía bola de béisbol. Cameron se acercó para darle una y la pelota tenía escrito: "¿quieres casarte conmigo?". Y en ese momento el chico se arrodillo con el anillo. Finalmente, Melissa consiguió el amor, uno que no la maltrata.
Con información de La Tercera