A mediados de 2016, la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado, recibió una alerta desde el exterior, a causa de las cinco transferencias de dinero que uno de los operadores de las coimas del gigante brasileño Odebrecht envió en 2013 a una cuenta del actual jefe de los espías, Gustavo Arribas. Desde entonces, las autoridades de la UIF no informaron a la Justicia sobre esos giros, según altas fuentes oficiales en la Argentina y en el exterior al tanto de lo ocurrido.
La información confidencial llegó a Buenos Aires en abril de 2016, cuando Macri llevaba cinco meses como presidente. Y se centró en las transferencias por casi US$ 600.000 que el "doleiro" Leonardo Meirelles envió a una cuenta a nombre de Arribas en septiembre de 2013.
La alerta por operación sospechosa la emitieron los responsables de otra unidad antilavado de América del Sur, y llegó a la UIF argentina entre el lunes 4 y viernes 8 de abril. Hasta ahora, desde la UIF local tampoco acusaron recibo de esos datos a los remitentes.
Odebrecht le giró USD 600.000 al jefe de inteligencia argentino
En la UIF se negaron a confirmar o desmentir la existencia de esa alerta previa sobre Arribas. Se limitaron a responder que "habiendo revisado la normativa vinculada a nuestro deber de secreto, no corresponde que se haga ningún comentario sobre el tema de consultas". Por el contrario, en la unidad antilavado, que lideran Mariano Federici y María Eugenia Talerico, ofrecieron "el canal de denuncia que establece la ley 25.246 en su artículo 17″.
Ese artículo establece que la UIF "recibirá información, manteniendo en secreto la identidad de los obligados a informar", que ese secreto "cesará cuando se formule denuncia ante el Ministerio Público Fiscal", y que "los sujetos de derecho ajenos al sector público y no comprendidos en la obligación de informar […] podrán formular denuncias" ante la propia unidad antilavado.
La detección de esas transferencias con destino a una cuenta en Suiza del actual jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) fue fortuita. Ocurrió cuando los investigadores extranjeros comenzaron a analizar el material sobre el Lava Jato que habían recibido desde Brasil en busca de indicios sobre coimas pagadas a funcionarios de su país. Por eso, al detectar esos giros, verificar quién era Arribas y cuál era su rol en el gobierno de Macri, remitieron toda esa información confidencial a Buenos Aires.
Con información de La Nación