Aunque la Conferencia Episcopal de Nicaragua se encuentra divida entre quienes apoyan al presidente Daniel Ortega y quienes no están de acuerdo con su política, la iglesia católica ha planteado propuestas para salir de la crisis profunda en materia democrática e institucional que tiene el país, dijo a El Político Israel González Espinoza, periodista especialista en Religión y Fe en Nicaragua. Sin embargo, "lo que tienen actualmente los católicos nicaragüenses es desconcierto. Imagínate que para las pasadas elecciones generales del 6 de noviembre de 2016, hubo obispos que decidieron salir a votar y otros que se abstuvieron de hacerlo", aseguró el analista.
Por Luisiana Ríos P./El Político
Pregunta: ¿Hubo sacerdotes que no confiaron en el pasado proceso electoral ?
Respuesta: El caso más contrastante fue en la misma Arquidiócesis de Managua, dónde el Arzobispo de Managua Leopoldo Brenes decidió acudir a las urnas, mientras que el obispo auxiliar Silvio José Báez se abstuvo de hacerlo, por considerar que el proceso electoral era hijo de un proceso viciado de raíz, inconstitucional y autoritario; entonces, vemos que los nicaragüenses se sienten desconcertados porque cada obispo actúa según crea su conciencia y no como un cuerpo único, articulado, profético y cercano al pueblo, tal como solía ser antes que empezaran a aflorar las divisiones en el seno del Episcopado.
Ni los obispos ni el 70% de los Nicaraguenses estamos de acuerdo con tremenda corrupción descaro y farsa total #TomaDePosesion Daniel te vas https://t.co/FT7UCpC9LS
— Crisanto Solís T.?? (@Crisoltin) January 11, 2017
P: ¿Hay desesperanza en la feligresía Nicaraguense? ¿Han perdido la fe?
R: Hay algo que siempre me impresiona del pueblo nicaragüense: no pierde ni la alegría, ni la fe.
P: ¿La posición de la iglesia ha sido determinante en el pasado de Nicaragua?
R: Por supuesto que sí. En muchos tramos de nuestra historia nacional, la Iglesia ha sido un factor determinante. Lo vimos en la independencia nacional por ejemplo, o durante el inicio del siglo XX durante el régimen liberal de Zelaya que llegó a expulsar al obispo de León y muchos otros sacerdotes por su anticlericalismo. También lo fue durante los años previos a la caída de la dictadura de Somoza, fueron miles de cristianos: sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, quiénes animados por el Concilio Vaticano II, la Conferencia de Obispos de América Latina en Medellín 1968 y la Doctrina social católica, salieron de las iglesias para luchar contra aquel régimen opresivo. La misma Conferencia Episcopal (presidida en ésos años por el arzobispo Obando y Bravo) publicaba muchas cartas pastorales críticas a los Somoza.
P: ¿Por qué hablas de seguir el ejemplo de Monseñor Romero?
R: Hablo de Monseñor Romero porque creo que es el modelo de pastor que busca el Papa Francisco para la Iglesia, no sólo de América Central, sino del mundo entero. Un obispo que logró exponerse por amor a los pobres y murió martirizado celebrando la Eucaristía por un comando de la extrema derecha. Su vida como arzobispo la dedicó a los pobres, y a denunciar los males del tiempo que a él le tocó vivir como Arzobispo de San Salvador (1977-1980). Por eso creo que él es un ejemplo y un espejo en el cual pueden mirarse los actuales Obispos de Nicaragua y decirse a sí mismos: "¿Con quiénes estoy? ¿Estoy dispuesto a darlo todo por el rebaño que me ha sido encargado?"
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P: ¿Cuáles vías plantea la comunidad católica, incluyendo a sus líderes religiosos, para salir adelante en Nicaragua?
R: Durante la reunión de mayo de 2014 entre los Obispos y Daniel Ortega, la jerarquía católica expuso una radiografía total de la situación del país denominada "En búsqueda de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor". En él se hablaba desde la situación en los hospitales, la violencia machista, la problemática social, la manipulación del gobierno de los símbolos cristianos y la institucionalidad del país. En él le plantearon al gobierno dos propuestas concretas: 1) Renovar todo el Consejo Supremo Electoral (CSE, órgano rector de las elecciones), pues los personajes que actualmente detentan las magistraturas de dicho poder del Estado están acusados de cometer fraudes electorales para beneficiar al partido de Gobierno. Con esto, en 2016 se garantizaría un proceso electoral transparente, abierto, con observación nacional y extranjera. Como sabemos, es algo que no ocurrió. La segunda propuesta de los Obispos fue una apertura a un gran diálogo nacional en el que participaran todos los sectores que son parte de la vida nacional. En el documento, de 46 puntos, le dicen al presidente Ortega que "nadie es eterno" y que "Nicaragua es de todos, no de unos pocos". Tristemente, tampoco esta segunda propuesta tuvo eco en el Ejecutivo.
P: Entonces ¿Que les queda por hacer en Nicaragua?
R: De cara al futuro, retomo las palabras que me dijera en entrevista el obispo Silvio Báez en diciembre de 2016, sobre este tema: "Vemos como solución a largo plazo, una educación política que cambie la mentalidad. No tanto de los líderes sino del pueblo entero. Recordamos que en ése documento decimos que en Nicaragua lamentablemente somos herederos de una cultura caudillista y al mismo tiempo, fraudulenta, que marca la política del país. A corto plazo, le hemos manifestado también que creemos la única solución para poder asegurar en Nicaragua instituciones sólidas y gobiernos legítimos es lo que dijimos hace dos años: La realización de elecciones honestas, transparentes y observables".