El dirigente rebelde Abu Zuheir al Shami confirmó hoy a Efe que las autoridades sirias y los opositores han alcanzado un acuerdo para reparar los destrozos en el manantial de Ain al Fiya y restablecer el suministro de agua a Damasco.
"El pacto es solo para la reparación de Ain al Fiya, solo afecta al suministro de agua, no incluye ninguna tregua", preciso en declaraciones por internet Al Shami, comandante de la sala de operaciones de los insurgentes en Damasco y su periferia.
La fuente apuntó que los equipos de técnicos encargados de reparar la planta de bombeo de agua de Ain al Fiya y las tuberías se encuentran en una área "bajo protección de los revolucionarios" y se espera que en las próximas horas o días accedan al lugar.
Al Shami aseguró que los efectivos gubernamentales y sus aliados han continuado con sus ataques durante la jornada de hoy.
El pasado fin de semana, ambas partes trataron de lograr un pacto para la entrada de los técnicos a Ain Al Fiya, sin éxito.
"El régimen lo frustró porque exigió puntos inaceptables para nosotros, como que el ejército entrara junto a los equipos de mantenimiento a Ain al Fiya, pero los técnicos tienen que entrar solos", afirmó.
Anteriormente, el gobernador de la provincia de Rif Damasco, Alá Ibrahim, había revelado a la agencia de noticias oficial siria, SANA, que las autoridades y los grupos armados del valle del Barada había alcanzado un pacto para pacificar la zona.
Según el responsable político, el arreglo contempla la evacuación de los combatientes que no sean originarios del valle hacia la provincia norteña de Idleb, mientras que los que quieran quedarse tendrán que regularizar su situación legal.
Ibrahim agregó que el acuerdo contempla la entrega por parte de los combatientes de sus armas pesadas y la entrada del ejército en el área para limpiarla de minas y de otros artefactos explosivo, como paso previo al acceso de los técnicos al manantial de Ain al Fiya.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que los combates continúan en la región entre los soldados, respaldados por el grupo chií libanés Hizbulá, y grupos rebeldes e islámicos, entre los que figura el Frente de la Conquista del Levante (antiguo Frente Al Nusra, exfilial siria de Al Qaeda).
La ofensiva gubernamental en el valle comenzó hace 23 días y ha continuado pese al cese de las hostilidades que entró en vigor el pasado día 30 en toda Siria, auspiciado por Rusia, aliada del Gobierno, y Turquía, valedora de la oposición.
Debido a los enfrentamientos, el suministro de agua desde el valle del Barada está interrumpido en la capital siria, de lo que el Ejecutivo sirio y los insurgentes se acusan mutuamente.
Con información de EFE