El Consejo de Estado, el órgano Ejecutivo chino, aprobó invertir 365.000 millones de dólares (345.000 millones de euros) para proyectos de energías renovables dentro de un nuevo plan para luchar contra la contaminación, informó hoy la prensa oficial.
Esta iniciativa creará más de 13 millones de empleos, según los cálculos del Gobierno, que aprobó ayer este plan hasta 2020 para renovar el modelo de producción energética del país mediante el ahorro de energía y la reducción de las emisiones.
El documento, divulgado esta madrugada, establece para 2020 un tope de consumo de energía equivalente a 5.000 millones de toneladas de carbón, una cifra que se traduce en una reducción del 15 % del consumo energético por unidad de PIB hasta ese año.
Actualmente, el carbón es la principal fuente de energía utilizada en el gigante asiático y representa hasta un 64 % del consumo energético del país, según datos de 2015.
Para conseguir estos objetivos, aparte de la reducción del uso de carbón, el Consejo de Estado propuso medidas como el aumento de los controles de emisiones nocivas, el desarrollo de la economía circular, la mejora de la gestión y un mayor apoyo a las políticas de financiación.
Asimismo, el Consejo de Estado insiste en el desarrollo de la economía circular, que se basa en alargar la cadena de valor de los productos y reutilizar los desechos para reducir la cantidad de residuos vertidos al entorno.
La organización ecologista Greenpeace celebró la firma del plan, del que aseguró que "pone a China en la buena dirección para la transición energética", aunque también considera que es necesaria una "mayor expansión de la energía renovable" y un "mayor ímpetu en la reducción de las emisiones" en favor de fuentes de energía más limpias.
El final de diciembre y el comienzo de enero han estado marcados por la alta contaminación en el centro y norte de China, con cerca de un centenar de ciudades en distintos niveles de alerta debido a la mala calidad del aire.
En Pekín, las autoridades han extendido la alerta naranja hasta mañana, sábado.
Los niveles de concentración en la capital de las partículas PM 2.5 -las más dañinas para la salud- se elevaban hoy a las 11.00 hora local (03.00 GMT) a los 343 microgramos por metro cúbico, 14 veces más de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.
Entre los más afectados por la alta contaminación se encuentran los niños, y esto ha provocado que otra de las medidas anunciadas hoy sea que Pekín comenzará a instalar purificadores de aire en las escuelas.
Algunos padres se quejan de que, pese a que las escuelas tengan la capacidad tecnológica para impartir sus clases en línea a los niños que se quedan en casa cuando se declara la alerta roja por contaminación, "las autoridades hayan tardado tantos años en aplicar una medida mucho más sencilla", lamentó a Efe el padre de un escolar.
También hay profesores que protestan, como el usuario PhilosophyAsFreedom, que explica que en su trabajo como maestro en una escuela privada de Pekín escucha constantemente "las toses de los niños" en las épocas de peor calidad del aire, e indica que los períodos prolongados de contaminación atmosférica pueden afectar a la calidad y esperanza de vida de los pequeños.
Ciertas voces en la popular red social celebraron con prudencia la decisión de instalar los purificadores, como Jian Yu, que asegura que "ayudará en el corto plazo" pero duda de su efectividad en el tiempo.
Otros usuarios, como Gui Dao, lamentan que las medidas que están tomando las autoridades se concentren en tratar de limpiar el aire contaminado, en lugar de atajar las emisiones de partículas nocivas. "No se están centrando en lo más importante", asevera.
Con información de EFE