El año político comenzará el sábado 14 de enero cuando el PSOE celebre un Comité Federal que ponga fecha al congreso para elegir a su nuevo líder. Será cuando el reloj de Susana Díaz empiece la cuenta atrás y el resto de partidos en Andalucía, sobre todo el PP, pueda iniciar su estrategia de desgaste a la presidenta andaluza.
Parece más que claro que la lideresa andaluza se presentará a las primarias del PSOE y optará a la Secretaría Federal pero en política seis meses son mucho más que un abismo así que todo es posible. Aunque tanto Susana Díaz como sus enemigos políticos (dentro del PSOE) y sus adversarios (en el resto de las formaciones) trabajan ya considerando que la presidenta dará el salto a Madrid. En el panorama nacional, la decisión de Susana Díaz marcará también la agenda política porque dará un liderazgo oficial al principal partido de la oposición.
La presidenta sabe muy bien cómo es el terreno pantanoso que pisa y no anunciará oficialmente su candidatura hasta que se inicien los plazos para la presentación de aspirantes a las primarias socialistas. Y eso no ocurrirá, salvo sorpresa, hasta mayo. Pero su campaña hacia Ferraz comenzará en enero. Es el momento de convencer a las federaciones más reacias a su liderazgo.
Y debe hacerlo sin dejar de lado la gestión en Andalucía donde tiene varios frentes abiertos que van a poner a prueba su capacidad política porque lo que está descartado es que haya un adelanto electoral en Andalucía. Todos los esfuerzos están centrados ahora en que se acepte como «normal» que Díaz pueda simultanear la Secretaría General del PSOE con la Presidencia de la Junta. Un hecho insólito en la historia del Partido Socialista.
El primero en pronunciarse al respecto ha sido el presidente del PSOE de Sevilla y de la Diputación provincial, Fernando Rodríguez Villalobos, quien señaló ayer que no ve «incompatibilidad» alguna en dirigir el gobierno de una autonomía y las riendas del partido en el plano estatal.
Esta intención de la lideresa andaluza supone también otro experimento llamativo: será necesaria una bicefalia entre la dirección del partido en Andalucía y la Presidencia de la Junta que nunca ha funcionado bien (Rodríguez de la Borbolla-Carlos Sanjuán; Chaves-Griñán; y Griñán-Susana Díaz).
En cualquier caso, si se confirma que Díaz es proclamada secretaria general del PSOE a nivel federal, IU pedirá su dimisión como presidenta de la Junta, anunció ayer el coordinador regional de esta formación, Antonio Maíllo. Porque según Maíllo, «Andalucía no es un plato de segunda».
LEA TAMBIÉN: España: Podemos bloquea la retirada exprés de los aforamientos a los políticos
Contra Rajoy
Mientras se escribe esta historia, Díaz va a continuar ejerciendo como la principal voz de la oposición a Mariano Rajoy, aunque los últimos movimientos del presidente del Gobierno parecen mostrar que no va a tener un camino de rosas precisamente. Porque Rajoy no quiere confrontar con ella —¿tal vez porque la haría más fuerte? o ¿porque considera que debe pagar una deuda política?— como demuestra la comisión bilateral que ha convocado para tratar de negociar las 35 horas de los funcionarios públicos, una medida que ha recurrido en Castilla-León y el País Vasco pero no en Andalucía, en un movimiento que ha cogido por sorpresa al Ejecutivo andaluz.
Tras pasar el rubicón de la defensa de la abstención para permitir el Ejecutivo del PP, ahora están empeñados en demostrar que la decisión de permitir el Gobierno de Mariano Rajoy es la correcta y que tienen un papel útil que hacer en la oposición. Ese papel útil que Susana Díaz demandaba a Pedro Sánchez desde el 20 de diciembre, cuando perdió las primeras generales y sólo logró 90 diputados.
En este contexto se insiste en la paralización de la Lomce, la subida del Salario Mínimo Interprofesional o las medidas contra la pobreza energética. Y lo que está por venir con la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, que es la principal arma política que Susana Díaz utilizará a partir de ahora cuando se abra ese debate.
Todo este plan de trabajo previsto tendrá también que responder a los movimientos de los críticos que hay en el PSOE y que preocupan más en la dirección andaluza de lo que se quiere hacer ver. Hasta la calle San Vicente están llegando quejas de militantes y actas de asambleas de agrupaciones que censuran los modos de Susana Díaz y su equipo. Y hay un cierto temor a que se movilicen en lo que de verdad importa: en el censo electoral actualizando el pago de cuotas y afiliando a quienes hace años habían abandonado el partido.
Con información de: ABC