El PIT-CNT aspiraba a que casi un millón de personas adhiriera al paro general y asegura que lo logró, aunque la forma de medirlo responde más a una percepción que a una confirmación. El secretario de relaciones internacionales de la central, Fernando Gambera, advierte que el vínculo con el gobierno está en un "estancamiento". Este es un resumen de la entrevista que mantuvo con Mariano López en El Observador TV .
¿Qué sensación tiene del acatamiento al paro?
El acatamiento es muy grande, con una ausencia de actividad fuerte, no hay movimiento en la calle, los pocos comercios que vi abiertos en el Centro y en la zona cercana no tienen clientela. Es el marco de acatamiento que preveíamos.
En los últimos días esperaban un acatamiento que duplicara el número de afiliados, llegar a 900 mil personas. ¿Cómo hacen para calcularlo después?
En las vueltas y en las recorridas.
No, es en función de lo que uno va recibiendo de la gente. Esa estimación surge de la matrícula de afiliación del PIT-CNT, que es de unos 450 mil. Estos ejecutan el paro porque son trabajadores organizados en su sindicato que cumplen lo que ellos mismos resolvieron, porque son parte de la organización. Esa es una base segura y medible porque cada sindicato sabe el nivel de acatamiento y puede rendir cuentas. Como nuestro planteo fue que el cambio de las pautas no es un problema solo de los trabajadores sino que tiene una influencia en los pequeños comerciantes, en las políticas de desarrollo de las cooperativas de vivienda, y por eso Fucvam adhiere.
Los jubilados no hacen paro pero hay un nivel de adhesión manifiesto de la Onajpu (Organización de Jubilados y Pensionistas) a la medida. Si uno suma esas expresiones llega a entender que hay un entorno de esos 450 mil que puede ser casi el doble sumando jubilados, pequeños comerciantes, gente que adhiere a la consigna de que si nos va bien a los trabajadores le va bien al país.
También hay otras dificultades a la hora de interpretar el paro, y es el motivo por el que la gente no va a trabajar. ¿Como sabe si no fue porque adhiere a la medida o porque no consiguió transporte?
En cualquier paro es difícil de saber el porcentaje. Pero el que no adhiere y entiende legítimamente que no está de acuerdo con las razones del paro busca la forma y no sufre un descuento. Hay empresas que buscan la manera de facilitar a los trabajadores que lleguen.
¿Por qué no se pudo evitar el paro?
Un movimiento sindical que está diciendo que es consciente de las dificultades que el país tiene, al mismo tiempo dice que por valorar todo lo que avanzamos queremos conservarlo y nos ponemos en pie de lucha para que no haya retrocesos. Queremos empatar. ¿Cómo vamos a poder empatar si ni siquiera nos sentamos a evaluar si hay formas de salvar esa situación? Quedamos de un lado de la mesa diciendo que ya comprobamos que hay pérdida de salario real en algunos sectores, y del otro lado el gobierno diciendo que no lo ha constatado y que hasta no constatarlo no se tomará en cuenta.
¿El diálogo con el gobierno viene tan mal?
Sí, viene en una situación de estancamiento; no hay ámbitos que den resultado en ese sentido.
Hay un informe del Instituto Cuesta Duarte que indica que hay pérdida de salario real en varios sectores. ¿Cuáles son los que más preocupan?
En general todos. Sería sano poder mantener los niveles de ingreso, no sólo por los trabajadores en general sino porque se mantenga cierta dinámica en la economía. De acuerdo al informe hay pérdidas en sector metal, salud, educación.
Cuando se firmaron los acuerdos en esas ramas eran buenos, pero las previsiones de inflación no se cumplieron como estaba previsto. Y si las pautas prevén correctivo a dos años, el escalón es muy largo.
¿Que cree que va a pasar ahora?
Con la muestra del paro y los informes deberían ponerse en funcionamiento ámbitos como por ejemplo el Consejo Superior de Salarios. Sería sano que se diera una discusión razonable de las tres partes.
El gobierno actualizando sus pautas, las cámaras haciendo el esfuerzo correspondiente y los trabajadores poniendo nuestras razones y preocupaciones sobre la mesa. No es que no estemos preocupados por el desempleo. No nos parece una forma sana de discutir contraponer sueldo contra trabajo como si no fuéramos conscientes de los problemas de empleo que hay en algunas ramas. Sobran ejemplos en épocas críticas como el 2002 de sindicatos que accedieron a bajar sueldos para salvar el trabajo de todos. ¿El gobierno dice que estamos en esa situación? Espero que no, porque no es así.
El presidente de la Cámara de Comercio, Carlos Perera, dijo que ya estamos en una situación de ese tipo, que a veces es preferible no ganar salario real antes que perder el trabajo y que hoy hay 35 mil puestos menos por este tema.
Es temeraria la afirmación de que estamos al borde de una situación así. Esto ya lo conocemos. Es casi terrorismo decir que estamos en la peor de las situaciones, porque eso justifica posiciones restrictivas que después van a tener. Esa no es la forma sana de discutir.
Con Información de: El Observador