La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, sigue manteniendo un perfil bajo en la carrera por el liderazgo del PSOE y ha reiterado este domingo en la Cadena SER que está centrada en el Gobierno autonómico, a pesar de los sucesivos apoyos de los líderes del partido para que encabece la nueva dirección. "Agradezco que los compañeros me muestren cariño, pero estoy centrada en Andalucía", ha manifestado. Díaz ha insistido en que la labor de los socialistas en España tiene que ser ahora "hacer una oposición útil".
Según la dirigente socialista, el objetivo de su formación en estos momentos previos a la convocatoria del congreso y la apertura del proceso de primarias para elegir al sucesor de Pedro Sánchez tiene que ser concretar un proyecto político que los ciudadanos entiendan como alternativo a la derecha. "Tenemos que definir quiénes somos y qué le ofrecemos a España".
Para la presidenta andaluza, el objetivo tiene que ser recuperar un espacio mayoritario para aspirar a gobernar el país: "El PSOE es el único que puede desalojar a la derecha de La Moncloa, pero tiene que ser reconocible".
Díaz ha restado importancia a que se presente más de una candidatura para el liderazgo del PSOE. "Lo importante es que el congreso se haga bien, no que haya un candidato o cuatro. Los ciudadanos quieren un partido unido. A la derecha y a Podemos, les molesta que haya un PSOE fuerte", ha afirmado tras negarse a valorar la posibilidad de que el ex secretario general, Pedro Sánchez, pueda optar de nuevo al cargo. Díaz se ha mostrado "respetuosa" con cualquier opción y con todos los ex secretarios generales y ha insistido en que lo importante es la unidad.
En este sentido, la presidenta ha reconocido las heridas dejadas por la crisis interna, que derivó el pasado día 1 de octubre en la dimisión de Pedro Sánchez tras un convulso comité federal: "Lo hemos pasado muy mal; ha sido un proceso difícil y duro. El partido necesita ahora fraternidad y estar unido".
La dirigente socialista ha respaldado las decisiones adoptadas por la gestora tras hacerse cargo del partido y, en especial, sobre la abstención que ha permitido la formación de un Gobierno a Mariano Rajoy, de quien ha dicho que "la gente no querrá recordarle".
"Lo que ha pasado ha sido un mal ejemplo porque no podemos estar un año sin Gobierno", ha defendido. Sin embargo, ha reiterado que, una vez resuelta la estabilidad institucional, hay que ejercer la labor parlamentaria orientando la política hacia las reformas y sacando el máximo rendimiento a los 85 diputados socialistas frente a un PP en minoría. "Los ciudadanos han dicho que se acabó el rodillo popular y que tenemos que hacer oposición útil", ha manifestado.
Ante la próxima apertura del juicio por el fraude de los ERE, Díaz ha sido explícita al defender a sus antecesores, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, al frente de la Junta de Andalucía, por lo que ha deseado que se celebre la vista lo antes posible para que quede demostrada su inocencia.
Sobre Andalucía, Díaz ha recelado de las manifestaciones contra la sanidad pública y ha vuelto a sugerir que hay intereses privatizadores detrás de algunos de los convocantes de las movilizaciones registradas en Granada, Huelva y Málaga. "Los que vienen a crear problemas para hacer negocio, me van a tener enfrente. Cuando la derecha se pone delante de la pancarta de la sanidad, me echo a temblar", ha asegurado.
Aunque se ha mostrado contraria a asumir todos los resultados del último informe PISA sobre la educación, que situaba a la comunidad en el último lugar, Díaz ha afirmado que servirá para revisar aspectos que no estén dando los resultados esperados: "Discrepamos del informe PISA, pero vamos a tener todo en cuenta. Siempre que haya un informe crítico, lo vamos a valorar".
Finalmente, la presidenta andaluza ha augurado un buen año en términos económicos y laborales. En este sentido, ha asegurado que la creación de empleo se ha acelerado y que el año acabará con menos de 900.000 parados.
Con información de El País