El nuevo directorio de la empresa estatal PetroPerú, declarada en emergencia, tiene la misión de convertirla en una compañía de primer nivel internacional, tras la decena de derrames en el Oleoducto Norperuano durante este año, según declaró hoy el ministro de Economía de Perú, Alfredo Thorne.
El ministro peruano dijo que los nuevos directores de la compañía, nombrados este jueves por el Gobierno, deberían concentrarse en "cómo se viabiliza y se convierte a Petroperú en una empresa petrolera de primer nivel internacional, ese es el compromiso".
El nuevo directorio de PetroPerú está presidido por Luis Eduardo García Rosell e integrado por Alex Alberto Alvarado Arauzo, Hernán Barros Cruchaga, Luis Paul Sumar Gilt y Roxana Barrantes Cáceres, la única ratificada en el puesto.
El cambio de directorio se produjo tras la renuncia de su presidente anterior Augusto Baertl después del revuelo que causó la designación de Vladimiro Huaroc, excandidato a la vicepresidencia en la fórmula de la excandidata presidencial Keiko Fujimori, como jefe de la Oficina de Gestión Social de la petrolera estatal.
Durante su participación en la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2016, Thorne agregó que el Ejecutivo va a ver "la forma de sacar adelante Petroperú, es un gran reto, que no solo tiene que ver con el Oleoducto Norperuano o la Refinería de Talara".
PetroPerú se declaró en emergencia hace un mes debido a los continuos derrames de crudo ocurridos en el Oleoducto Norperuano, que la empresa atribuye a la acción de terceros, y que han afectado el medioambiente en la jurisdicción de varias comunidades indígenas en la región amazónica de Loreto.
A raíz de esos incidentes, las operaciones del oleoducto han sido suspendidas y los organismos de supervisión ambiental han multado a PetroPerú por la contaminación generada por los derrames.
Por su parte, la refinería de Talara, en la costa norte de Perú, está en pleno de proceso de modernización y entrará en funcionamiento en junio de 2019 para procesar crudos pesados, y realizar la conversión profunda de residuales a productos valiosos (diésel, naftas y GLP) y de gasolinas de bajo octanaje a gasolinas de alto octanaje, con una inversión de cerca de 3.000 millones de dólares.
Con información de EFE