La Policía de Estados Unidos ejerció un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes indígenas que intentaban detener un proyecto de oleoducto que atraviesa tierras sagradas para los nativo-americanos de Dakota del Norte, dijo hoy Maina Kiai, experto en derechos humanos de la ONU.
El proyecto de oleoducto de 1.890 kilómetros, que está diseñado para transportar crudo a una refinería cerca de Chicago, ha generado una gran controversia a medida que los trabajos de construcción se acercan al río Misuri, considerado sagrado por la tribu Sioux de la reserva Standing Rock.
Los manifestantes se enfrentaron a balas de goma, gases lacrimógenos y granadas de compresión mientras trataban de proteger los cementerios y otros sitios sagrados de la tribu de Sioux y denunciaban la posible amenaza para la calidad del agua potable si se sigue adelante con la obra, explicó el experto en un comunicado.
Algunas de las 400 personas detenidas durante las manifestaciones, celebradas a finales de octubre, han sufrido "condiciones inhumanas y degradantes" por parte de la Policía, expresó el relator especial sobre el derecho a la libertad de reunión y asociación pacíficas.
"Marcar a las personas con números y detenerlas en celdas superpobladas, en el suelo de cemento desnudo, sin recibir atención médica, supone un tratamiento inhumano y degradante", denunció Kiai.
Aunque el relator keniano reconoció la validez de los informes que señalaban que algunas protestas se habían vuelto violentas, también enfatizó que la respuesta de las autoridades debía ser "estrictamente proporcional y no afectar a los manifestantes pacíficos".
El relator especial de las Naciones Unidas urgió al responsable de la obra, Energy Transfer, a detener "toda actividad de construcción" a 20 kilómetros al este y al oeste del lago Oahe.
El llamamiento de Kiai ha sido secundado por otros expertos de a ONU, como la relatora especial sobre los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, que pidió que se detuvieran las obras el pasado septiembre.
Con información de EFE